❄️C.9: Kai y su bocota❄️

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❄️ Kai y su bocota ❄️

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Desearía no haber tenido tan deprimente encuentro con mi querido Thomas, sé que tiene razón y aunque bromeé bastante con eso de que "nunca más le diré nada", es mentira. Después de Kai es mi mejor amigo, que me haya sacado del río aquella noche porque Ben se lo pidió no importa. El destino parece ser una ley fundamental cuando estás demasiado cerca de seres como estos bruxas. Es realmente un alivio saber que Thomas siempre supo toda esa parte de las vidas del punk y su mentor.

No negaré que estoy algo pasado de copas, no soy tan irresponsable de usar mi motocicleta en este estado, así que, descaradamente decido ir a buscar al pelirrojo infernal (¿o debería decir pelinegro infernal?) para que me lleve a casa. Con tanto brebaje mágico su pierna ya está sana y a duras penas le quedan un par de moretones, no tiene excusa para no llevarme. Por la hora ya debió de haber terminado de hablar con la estadounidense que lo buscaba tanto, si es un tema familiar este tonto se vuelve un idiota profesional y manda a todos a volar en minutos... ahora que lo pienso ojalá aún esté en el bar.

Como solo está a un par de cuadras llego casi de inmediato, entro buscando al contrabandista y al no verlo suspiro pesado, ahora tendré que esperar hasta que la borrachera se me pase para poder subirme a mi hermosa Arathos. Doy media vuelta cuando por el rabillo del ojo noto que el barman me hace señas, me acerco con desconfianza, como es mi estado natural. Él me comenta que el rey callejero está discutiendo con la "belleza americana" desde hace más de una hora en la calle de atrás, me pide que intente ver qué carajos está pasando porque la mujer le da mala espina. Es bueno saber que a este hombre le importa alguien tan del bajo mundo como Kai. Me da un vaso con agua azucarada para espantarme un poco las copas de más, me lo bebo de un trago y con las defensas altas salgo a ver qué tanto está pasando.

¿Mencioné ya que el destino funciona como una ley física cuando uno está ligado a los fae?

— ...Tu madre te necesita, ¿cómo puedes ser tan egoísta? — la mujer luce común y corriente, debe tener a lo sumo unos cuarenta. Rubia y regordeta, nada muy destacable además de su voz dominante y firme.

— ¿Egoísta? ¡Pues, claro! Soy un puto bruxa como ella, lo mínimo es que sea un bastardo — ironiza Kai moviendo sus manos para enfatizar su punto —. Además ya tengo suficiente de esta mierda, mujer. Mandar a una bruja humana a chantajearme es pasarse de la raya.

Observo la escena desde un estrecho corredor que termina en el callejón donde están discutiendo. No me gusta espiar, pero algo en mi instinto me clama que espere un poco, y por el momento nunca ha fallado.

— Creí que no eras elitista — comenta con desagrado, la mujer.

— No lo soy, obviamente mi madre te está usando y tú de tonta le crees — vaya que está molesto —. Ella no cumplirá ninguna de las promesas que te hizo, solo te mandó a ti porque sabe que yo no sería capaz de matarte por ser humana — con desinterés se apoya a medias en una de las sucias paredes del callejón. La mujer guarda silencio por unos largos segundos, acomodándose el cabello.

— Kara mencionó tu debilidad por los humanos...

— ¿Debilidad? Oh, no. Respeto la vida, que no es lo mismo. Además solo tengo una debilidad — ¡maldita curiosidad! Me detengo justo antes de salir a la calle trasera, ocultándome tras el umbral —. Y ahora que sé que mi hermana es tan traidora como el resto, es obvio que hasta tú sabes a qué me refiero — se cruza de brazos con los ojos brillándole gracias a la tenue luz del lugar —. Ríndete, Christina. No pienso ir contigo a America para darle el torcido gusto a mi madre de darle un jodido recipiente — ¿Irse? ¿La madre de Kai quiere que vaya hacia ella? ¿Cómo demonios se atreve después de abandonarlo a su suerte cuando solo era un niño? Malparida —. Y dile a mi hermana que se puede ir al carajo con su bastarda ama — gruñe frunciendo el ceño, mostrando sus colmillos.

— ¡Son tu familia y te necesitan! — insiste. Pobre, conozco al brujo lo suficiente para saber que esta conversación ya terminó.

— ¡Ja! ¿Mi familia? Mi familia me está esperando en casa, mujer.

— Vamos, no me obligues a...

— ¿A qué? Recuerda que le estás hablando a un purasangre — la amenaza sin siquiera cambiar su tono.

— Por favor, son solo un par de días. Vas a verla y vuelves.

Quizás ya debería anunciarme, podría llegar tosiendo o algo, ¿no?

— ¡Qué no! No pienso embarazar a la tonta de mi hermana para que ella traslade su pútrida alma a un cuerpo nuevo. No soy un incestuoso y las odio.

¿Qué? ¿Qué mierda le pasa a esa bruja? Usa a sus hijos como si fueran cosas. Esta conversación termina aqu--

— Si no vienes lastimará al chico — ¿a mí?

— ¿Ves? Kara nunca me tuvo ningún tipo de lealtad — puede disimularlo todo lo que quiera, pero está muy dolido.

— Tu debilidad es muy fácil de ubicar y dañar.

— Es un alivio que jamás haya confiado en mi hermanita, él es más que un simple humano, y no tienen idea de con quién se están metiendo — ríe tomándola por sorpresa —. Matt es MI protegido y amenazarlo es convocar mi ira, ¿lo sabes verdad?

Wow, ¿su protegido? Su protegido... me duele el pecho escucharle llamarme así, ya debería dejar de espiar.

Doy un paso.

— ¿Prefieres a ese chiquillo a tu familia?

Otro paso más.

— ¿En serio seguirás con eso de mi "familia"? Matt es mi familia, ¿y sabes qué? A la mierda, mi madre se puede ir al mismísimo infierno, no pienso alejarme del chico que amo por ella — me detengo a medio camino, en pleno umbral. Espera, ¿que dijo qué? —. Y no hay nada que pueda hacer para evitarlo. Así que como resultó ser que soy un purasangre, sabrás muy bien lo que nos pasa si nos alejamos de nuestras perlas.

No puedo creerlo. No puedo haber escuchado lo que escuché, todo esto es producto de beber más de la cuenta. No es lo que creo, solo escuché muy mal... ¿verdad?

— ¿Qué? ¿Por un humano? ¿Por un hombre? — oh, no. Por favor, que no sea verdad —. Que bajo has caído.

— Lo que escuchaste. Ya tengo suficiente. Tienes veinticuatro horas para desaparecer de la RDA o haré que mis empleados te hagan desaparecer, ¿te quedó claro?

— No puedo creerlo.

— Pues hazlo. Fue un pésimo gusto conocerte, Christina Pendergrast. Espero que jamás volvamos a vernos.

El punk está que echa humo, se cruza de brazos con todo su cuerpo indicando hostilidad. Yo por mi lado estoy debatiendo internamente qué acción tomar a continuación, no puedo fingir que no escuché lo que escuché, mi peor miedo se hizo realidad: que Kai sienta por mí lo mismo que yo por él. No hay nada peor que tener a la mano lo que tanto añoras y no poder tomarlo.

Retrocedo sin palabras en la mente dejando al brujo y su dilema en el callejón. Necesito pensar un plan de contingencia ahora, necesito olvidar lo que escuché. Atravieso el bar tan rápido que el barman no alcanza a notar que ya me he ido, salgo a la calle con la respiración agitada y un ataque de pánico que fácilmente podría ser una serpiente que me está estrangulando, siento un dolor tan emocional que es difícil de especificar. Sé que conociendo a Kai ninguna de mis razones serían suficientes para alejarlo, además, ¿que es todo eso de que está enamorado de mí? Se supone que le gustan casi por completo las chicas, pero esta todo el asunto con Benedikt... No sé qué pensar, no debería estar tan desesperado, ¿acaso no era esto lo que realmente quería? No, esto es jugar con fuego, y no soy yo el que se puede quemar.

La angustia me da tantas nauseas que termino vomitando en la calle a medio camino hacia mi motocicleta. Esto no debería haber pasado, ¡no debí haber escuchado nada!

El Brujo y El Muro: Dentro del Espejo (libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora