🌿C.5: Quiero saber❄️

5 2 0
                                    

🌿 Quiero Saber ❄️

❄️🌿

Peldaño a peldaño, paso a paso. Matt estaba preocupado de esos nuevos pensamientos que no paraban de acosarlo. Antes de haber ido a ese Mercado fei había soñado con Kai de una manera bastante sugerente, ya casi no recordaba los detalles de su sueño, pero claramente su subconsciente quería decirle algo que él no quería escuchar. Llegó a la apresurada conclusión de que estaba confundiendo su amistad con el brujo punk con algo más, que solo era confusión, nada más. Tenía una nefasta enfermedad y no tenía tiempo para tonterías.

Al abrir la puerta se encontró la "agradable" escena de Kai echado en el suelo a la luz de las velas, fumando alguna hierba que el rubio no conocía, rodeado de sus gatos. Se veía tranquilo, sereno y decadente, la habitación apestaba a algodón de azúcar y canela.

— ¿Qué diablos estás fumando, Kai? — preguntó algo divertido mientras colgaba su abrigo en un clavo salido en la pared.

— Shhh, estoy escuchando — susurró desde el suelo. Matt se acercó sentándose en la cama del brujo.

— No hay nada sonando, estás drogado, ¿no? — entornó sus ojos verdes algo decepcionado.

— Yep. Estoy total e irrevocablemente drogado — sonrió mostrando sus colmillos afilados y cerrando sus ojos brillantes y amarillos.

— ¿Con esa planta rara del Mercado? — el rubio aprovechó de relajarse, se sacó las botas y las lanzó lejos, ya no era ni la mitad de ordenado que antes.

— Yep.

— ¿Y qué es lo que te hace precisamente? Es decir, la cocaína acelera a los humanos, la marihuana los relaja, los hongos los hacen alucinar. ¿Qué hace esta?

Kai volvió a abrir sus ojos que brillaban como los de los gatos, a Matt le encantaban. Se sentó con algo de dificultad en el suelo, dejó su extraña pipa de vidrio a un lado, se revolvió el cabello rojo hacia adelante y se estiró como un gato. Todo en él le recordaba a un felino, sin embargo, la imagen del brujo tan vulnerable y meloso le obligó a tragar saliva algo acalorado. Luego lo vio levantarse del suelo, se sacudió torpemente y se dejó caer en su cama junto a él.

— Se llama Rama de Raíz Negra. Crece entre portales dimensionales y es un infierno de conseguir, no importa qué tan buen brujo verde puedas ser, solo crecerá en esos portales... o en algunos cementerios — el ojiverde escucha atento mirándolo hablar —. Y lo que hace es maravillas. Con esta planta puedo sentir y escuchar el futuro además de un sinfín de otras utilidades.

— ¿Qué? — espetó incrédulo.

— Lo que oyes, puedo atisbar pedazos de futuro, no verlos, pero si sentir y escuchar lo que pasa. Debo admitir que hice trampa al conocerte — se levanta lentamente de su cama para quedar medio sentado medio echado sobre el hombro derecho del rubio.

— Vaya, no solo te lleva al futuro, también te pone sincero, príncipe de las mentiras — ironizó el menor ostentando una media sonrisa.

— Eso es verdad, pero te tengo demasiada confianza como para saber que no preguntarás nada cuyas consecuencias no puedas aceptar — Matt volvió a tragar saliva, Kai estaba demasiado cerca y su voz era casi un ronroneo. Suspiró levemente y el brujo preguntó —. Hoy saliste con Tommy, ¿cómo ha estado ese canalla?

— Primero lo primero, ¿cómo es eso de que hiciste trampa al conocernos?

El punk se acerca peligrosamente a la cara del rubio antes de dejarse caer sobre las piernas de este, acostado y meneando las manos. Definitivamente estaba muy drogado.

— Antes de conocernos... antes de que Ben muriera, fumaba todo el tiempo de esta cosa con él. Un día pude escuchar y sentir que estaba en un antro, nada fuera de lo usual, pero ya no estaba aburrido, alguien llamaba mi atención. Lo malo es que no puedo ver nada del futuro, solo escucharlo y sentirlo...

— Sí, eso ya me quedó claro — Matt se permitió bajar la guardia un poco, sentado en la cama con Kai recostado en sus piernas se cargó un poco hacia atrás apoyando sus palmas tras él.

— Bueno, el punto es que sabía que mi vida iría mejor si lograba conocer al desconocido al que le invitaba un cigarrillo y luego me trataba de "subnormal". Y no sé si lo has notado, pero no conozco a nadie que diga "subnormal" además de .

Era una suerte que la luz de las velas fuera tan débil, al pobre chico rubio se le enrojecieron las mejillas y su incomodidad creció por mil. No obstante, era muy difícil pillar al brujo tan "conversador" sobre cosas tan personales. No iba a dejar pasar la oportunidad.

— Kai.

— Dime.

— ¿Puedes hablarme de Benedikt?

— ¿Por qué?

— Porque a Thomas no le dan las fuerzas para hablar de él. Y tengo curiosidad por el hombre que ambos recuerdan con tanto cariño y dolor.

— Es una historia larga y complicada, chico.

— Tengo tiempo — Kai extendió su mano derecha y acarició los mechones blancos de Matt, este se tensó al instante.

— Me gusta más tu pelo que estas mechas blancas.

— A mi me encantan y es mi pelo. Ahora deja de intentar ligar conmigo y habla.

— No quiero ligar contigo. Es solo que...

— ¿Qué?

— ¿De verdad quieres saber de Ben? — desvió el tema bajando su mano hasta su estómago.

— Sí. Parece ser alguien demasiado importante para ambos. Hoy tuvimos la dicha de toparnos a Aris — Kai hizo un gesto de desagrado y soltó un gruñido de molestia.

— Creo que odio a ese mocoso.

— Todos lo hacemos. Insultó a Benedikt, y Thomas simplemente...

— ...Perdió la cabeza — completó la frase al tiempo que se incorporaba sobre su lecho para sentarse a un lado del rubio —. Bien, igual es algo que tarde o temprano te iba a contar, para Tommy es demasiado doloroso, no sé si te lo habrá dicho pero él estaba y está enamorado de Ben — Matt guardó silencio encendiendo un cigarrillo, Kai se tomó unos segundos y comenzó —. Benedikt era...

El Brujo y El Muro: Dentro del Espejo (libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora