❄️C.2: Té❄️

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❄️ Té ❄️

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He logrado dominar mi extremo cansancio y entrenar a diario al mismo tiempo. Tuve que darle la razón al estúpido pelirrojo cuando en tan solo dos semanas logré ampliar mi radio de dos miserables metros a quince, ¡a quince! Lo logré solo una vez, pero vamos, es un gran logro. Sara (la doctora personal de Kai) se muestra ampliamente interesada en mi habilidad innata de poder levantar muros. El contrabandista me ha obligado a tener que visitarla cada semana para asegurarse de que todo en mí marche “bien”. En realidad es una mala excusa para andar cuidándome y “reparándome” luego de casi matarme del agotamiento día tras día.
Sara realmente no es ni doctora ni veterinaria, ella es alquimista y por lo visto una de los últimos que quedan. Es increíblemente sabia, yo creo que es gracias a que tiene más de cien años (y no se ve mucho mayor que Kai), también es experta en curar a los fei. Ser alquimista es aún más complejo que ser un brujo, ellos usan otro tipo de “magia” que tienden a mezclar con cosas científicas y misticismo. Kai me ha comentado que ella puede matarlo con un chasquido.
La dulce mujer me ha enseñado un par de cosas que mi jefe ni siquiera ha mencionado. Poco a poco me entero de reglas y normas sociales dentro de todo este submundo, como que los fei no solo son alérgicos al hierro sino también al acero, que son criaturas de “verano” así que el invierno los mata, mas no se refieren a la estación invierno, el invierno para ellos son otras cosas, es como un tipo de existencia; por ejemplo, las personas que están a punto de morir por enfermedades o heridas graves no pueden tocarlos porque su toque les quema, ya que, están cubiertos de invierno pues la muerte también es eso para ellos; el hierro representa el frío y por eso no solo los hiere, sino que también los envenena, el acero se moldea en frío y contiene hierro, así que es la peor de las armas en su contra. Es extraño, es como si les afectaran cosas que para los humanos son casi metáforas, sin embargo, ellos son otro tipo de seres, funcionan distinto. Y como no quiero cagarla aprendo lo más que puedo. Termino recordando que la vieja Salamandra siempre que puede me insulta y me llama chico-invierno. Ahora comprendo por qué, soy un moribundo, pero Kai no parece ser afectado por mi piel de “invierno”, debe ser porque es un híbrido.

Estamos hablando del punk cuando Sara sonríe y me pregunta si he visto a otro bruxa macho... y temo que no. La razón del extremo acoso que sufre el pobre de parte de sus clientas brujas es bastante simple: su raza está en extinción. Si contamos a todas y cada una de ellas y le sumamos la total población de híbridos que tienen, quedamos con un porcentaje bajísimo. Ni siquiera son el 0,3 por ciento de la población humanoide del planeta, y solo el 1% de ellas (purasangre e híbridos) es macho. La alquimista me cuenta que la mayoría de los bruxas se aprovechan de su condición de rareza en extinción para follarse al máximo de brujas que puedan, y hay muchas de ellas que les pagan en fortuna, dinero o poder a cambio de que les den hijos. Sin embargo, Kai odia a su raza, eso es un hecho, y sin importar qué le ofrezcan nunca a querido tener sexo con ninguna, ni siquiera en nombre de su raza moribunda. Siempre aclara que no quiere tener hijos con “esas bestias” y que su única hija es y será Lorena, aunque claro, ninguna de ellas sabe de la existencia de la chica.
No puedo evitar reírme con todas las anécdotas que esta mujer sabe del pobre pelirrojo. Lo acosan desde que descubrieron que existía, siendo un adolescente. Han intentado drogarlo, comprarlo, doparlo, secuestrarlo, envenenarlo, manipularlo, extorsionarlo y hasta hechizarlo para seducirlo, y nada. Sara culpa directamente a la madre de Kai y guarda silencio. Por lo visto todo el mundo la odia.
Yo solo necesité saber que había abandonado a mi amigo para aborrecerla.

Ayer por fin conocí a Joan, la “esposa” de Sara. Ambas se besaron al saludarse y el ambiente fue tan ameno y natural que por primera vez en meses me sentí tan solo y harto de esta sociedad. Mi vida habría sido tan distinta si el resto de los imbéciles del planeta se preocupara de lo suyo en vez de meterse en la vida de los demás, siempre me he preguntado en qué mierda les caga que yo, un tipo que probablemente nunca llegarán a conocer, tenga una relación con otro hombre. Es tan triste y miserable que vaya a morir solo, principalmente por esos supuestos moralistas hijos de puta que tienen que meterse en las camas ajenas para sentirse plenos y poderosos como su mal intento de dios. En fin, Joan es muy celosa y Sara tiene que explicarle que soy un paciente más para que no se moleste, obviamente yo le indico de inmediato que soy homosexual para no complicar las cosas, entonces ella sonríe por primera vez relajada, no dura mucho, apenas aclaro que vivo y trabajo para el rey Jimmy esta tuerce el gesto en desagrado. Sin ningún tipo de traba me confiesa que es realmente una cazadora de brujas y que si fuera por ella habría decapitado a Kai hace años, Sara se ríe incómoda. Cautelosamente pregunto el por qué no lo ha hecho y contesta que la alquimista le debe la vida. ¿Este tipo sabrá hacer amistades de manera normal? ¿O a todos los conoce salvándoles el cuello o pateándoles el culo?
Me invitan a quedarme a tomar el té y estoy tan cómodo que no rechazo la invitación. Joan es de Inglaterra, siempre creí que eso del té era un estereotipo, pero cada vez que voy me tengo que quedar a tomar té porque ella jamás deja pasar un día sin beberlo.

El Brujo y El Muro: Dentro del Espejo (libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora