🌿C.10: EL DIABLO❄️

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🌿 EL DIABLO ❄️

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Mhatrios comenzó a reír y a toser sangre alternadamente, por su lado, Kai sintió un miedo tan visceral que la sangre se le heló. Algo se aproximaba, algo terrible. Soltó a su derrotado enemigo buscando a su alrededor el origen de su terror. No lo entendía, ¿qué estaba acechando en la oscuridad? Su cuerpo comenzó a temblar por instinto, el pánico le subió hasta la garganta.

— ¿Qué pasa? — preguntó Matt.

— Muy tarde. Ya nos encontró — se rindió el brujo sombra antes de desaparecer sin que nadie pudiera evitarlo.

— ¿¡Dónde se fue!? — gritó el ojiverde sosteniendo su arma a dos manos.

— No lo sé. No sé qué está pasando, algo viene — musitó desesperado, el punk.

Unos escuálidos aplausos se sintieron calle abajo, las brujas huyeron al instante abandonando a su líder, a Ace y a ambos chicos a su suerte.

— Hola, Jimmy — saludó un delgado hombre con gafas negras redondas cubriéndole los ojos, vestido por completo de negro contrarrestando con su brillante pelo blanco.

Selene aún lloraba desconsolada en el suelo, el recién llegado afectaba tanto a todos que a Kai y Ace se les levantó un poco el pelo como gatos engrifados mientras Matt sentía que algo horrible estaba por ocurrir. La desnuda bruja usó todas sus fuerzas para arrastrarse lejos de su torturador, el contrabandista quería ayudarla, mas no podía moverse del terror que estaba experimentando.

— No me serviste de nada al final — comentó el sujeto a Selene que lo miraba con los ojos desorbitados de horror —. Chao, bella — se despidió sin ganas. La hermosa bruja comenzó a convulsionar descontroladamente al tiempo que perdía toda su sangre por cada poro de su cuerpo, chillando como un puerco en un matadero, en total agonía y sufrimiento.

Solo entonces el misterioso tipo mostró alguna emoción en su cara, parecía entretenido. Matthias no pudo tolerar más aquel sadismo y sin previo aviso le disparó a Selene en la frente, matándola en el acto. Pietro se quedó quieto, mirando a su víctima liberada de su tortura con desconcierto. Luego, lentamente movió su cabeza hasta fijar su atención en el muro.

— ¿Te atreves a quitarme mis juguetes, humano?

El ojiverde no se lo pensó dos veces y le disparó tres tiros. Ninguno pareció darle a pesar de su excelente puntería. El sádico sujeto no necesitó moverse para neutralizarlo, el arma de fuego se calentó al rojo vivo quemándole las manos, no tuvo de otra más que soltarla y dejarla derretirse sobre el cemento, seguido a esto, el hombre dio un paso avanzando metros en un segundo. Al personificarse frente al rubio extendió su mano para tocarlo logrando quemarse las yemas con las chispas que el escudo del muro liberó al contacto, cinco metros los separaban.

— Impresionante. Nunca había estado tan cerca de un humano tan poderoso. Es la primera vez que un escudo me detiene, felicidades. Será un placer abrirte el pecho y comerme tu corazón — sonrió.

Matt jadeaba sosteniendo las pocas defensas que le quedaban. Aprovechando la oportunidad, Kai fue a buscar a Ace, la tomó en brazos a duras penas debido a lo herido que estaba, ella solo balbuceaba orinándose encima como un animal traumatizado.

— Es una terrible desgracia que el inútil de nuestro padre haya hecho las cosas tan mal. Imagínate, hermano, lo poderosos que seríamos los tres sino hubiera intentado matarme.

— No sé de qué hablas, ni quién eres — ladró Kai ubicándose junto al ojiverde, mostrando los colmillos con el pelo engrifado.

— Es una larga historia — jugueteó con sus dedos cerca de los límites del domo de Matt, quemándoselos levemente entre rayos y chispas —. Sombra me temía tanto que te creó a ti, hasta usó una estrella fugaz para hechizarte, hermanito. Tú eres al único al que no puedo matar, una lástima. Aunque si no fuera por ti, no me habría costado tantos años encontrar a mi hija.

— ¿De qué hablas?

— Kai, no lo escuches — le pidió severamente su compañero.

— ¿Kai? — inclinó levemente su cabeza hacia un costado, confundido —. ¿Ese es tu nombre? Bueno, qué más da — hablaba lento, con un tono sereno y amable. Todo lo contrario a lo que era —. No me gusta que me interrumpan, niño — se quejó.

Pietro levantó un único dedo, rozando la barrera, y sin el menor esfuerzo lo dejó caer destruyendo por completo la cúpula que tanto trabajo le había costado a Matthias, era como si la hubiera partido en dos con aquel simple movimiento, no obstante, a diferencia de las veces anteriores, resistir el ataque no solo provocó dolor, con aquella agresión el dolor pasó a ser una herida física, un corte profundo sobre parte del hombro del rubio que se prolongaba hasta la mitad de su pecho.

La sangre salpicó la calle hasta los pies de Pietro, sin embargo, él alzó su vista frustrado. Kai se había transportado junto a sus amigos, dejándolo solo en una calle destruida junto al cadáver de Selene mientras las sirenas de la policía sonaban a lo lejos.

— Bastardo hijo de puta — musito molesto. Encontrar a Lorena astralmente no era difícil para un ser como él, el problema era ubicarla físicamente y esta vez había perdido la oportunidad.

Torció su rostro encaprichado y la calle completa comenzó a incendiarse. Una farola parpadeó un par de veces antes de apagarse definitivamente, para entonces el violento brujo ya no estaba, dejando atrás solo fuego y destrucción.

[Continuara...]

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El Brujo y El Muro: Dentro del Espejo (libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora