🌿C.10: Escudos y espadas❄️

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CAPÍTULO 10

🌿 Escudos y Espadas ❄️

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Christina, la mujer que la madre de Kai había enviado, chasquea sus dedos con la total confianza de reventar el domo que Matthias había fabricado a último minuto, el caótico rey underground da una carrera corta hasta el rubio con la desesperación oprimiéndole la garganta, el sonido del chasqueo provoca un dolor terrible sobre la espalda del menor que se refleja en su semblante. Todas las brujas esperan fascinadas que el gran escudo caiga, mas no ocurre, ni siquiera una fisura.

El brujo abraza a su muro revisándolo rápidamente en busca de alguna herida ante la mirada atónita de los presentes.

— ¿¡Estás bien!? — pregunta tan preocupado que la voz le suena extraña. El ojiverde asiente notando que el glamour de este está funcionando mal, provocando una rara distorsión sobre el color de sus ojos y cabello, alternándolos de manera aleatoria entre lo humano y lo fei.

— Sí, solo fue dolor, tranquilo — jadea exhausto, Matt —. ¿Qué diablos pasó con tus defensas?

— Ella, tiene una habilidad que llamamos témpano. Puede destruir defensas fei como si nada, algo parecido a tu muro. No es permanente, por suerte, pero duele de la puta madre y afecta la glamoria — sonríe más tranquilo cogiendo cierta distancia antes de encabronarse mirando a sus atacantes —. ¿Y ahora qué mierda quieren?

— Lo siento, niño, pero... — Selene intenta hablar, no obstante, Mhatrios se adelanta y comienza a ladrar con sus ojos brillándole rojizos tras sus oscuros lentes de sol.

— Ya sabemos que tienes al engendro ese mitad ninfa mitad demonio. Entrégala y dejaremos vivir a tu querido marica.

— ¿Por qué siempre me gano los insultos de manera tan gratuita? — bromea el ojiverde provocando una media sonrisa en Kai.

— No lo sé, chico. Yo creo que es envidia — le contesta siguiendo el juego.

Mhatrios se pone furioso al notar lo poco serios que están sus enemigos frente a él, clava con rabia el mandoble en plena calle, luego pasa a mirar a Christina sacándose las gafas oscuras para lanzarlas lejos. Los ojos de iris anaranjado brillan rojos, amenazantes.

— ¿Por qué mierda no pudiste hacer tu trabajo, humana?

— No me mires así, nadie me dijo que tendría que hacer algo contra un muro — reclama indignada —. Además no está dispuesto a venir conmigo así que el trato llega hasta aquí. Hagan lo que quieran con él, ya tuve suficiente.

La fémina se da media vuelta, confiada. La mitad del aquelarre aparta la vista al tiempo que Kai le grita que escape, Selene cierra sus ojos. Simplemente basta un segundo para que Mhatrios incinere a la pobre mujer hasta convertirla en cenizas, como asegurándose de eliminar todo vestigio de su existencia. Matt aguanta la respiración sorprendido ante tan cruel acción, el psicópata medio hermano de su brujo no tuvo ni la menor duda al destruirla, el menor no podía entender cómo lo había hecho, únicamente la había mirado y al segundo siguiente ya no estaba, ni un grito le permitió. Nada. Así de frío, así de poco le importaba. Seguido a esto el robusto hombre vuelve a empuñar su arma con los ojos brillándole como tizones ardientes.

— ¡Eso no era necesario, hijo de puta! — grita el punk metalizando su voz.

— Era una humana, no es distinta a un perro, mucho menos distinta a TU perro. No lo repetiré, danos a la cría de ninfa y le perdonaremos la vida a él.

— ¿De quién mierda hablan? — espeta el brujo verde fingiendo total desconocimiento.

— De Lorena, Kai — aclara Selene y ambos muchachos se miran pensando lo mismo aunque fingiendo no tener ni la menor idea de lo que les hablan, Ace los había traicionado.

El Brujo y El Muro: Dentro del Espejo (libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora