🌿C.8: Las razones no tan razonables🌿

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CAPÍTULO 8

🌿 Las razones no tan razonables 🌿

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Podría decir que esta vez Mhatrios se pasó de la raya, pero eso es mentira. En general ese malnacido siempre me da una paliza tan severa que me cuesta días o semanas recuperarme. Siempre fue así, mi madre y su madre tuvieron una pelea terrible cuando yo era un crío de cuatro años; mi progenitora salió "victoriosa" asesinando a Gretchen, la madre de Mhatrios, drenándole todo su poder. En sí no tenemos muchas reglas de convivencia entre los bruxas a excepción de "No te alimentarás de tus hermanas y hermanos", y drenar poder es exactamente eso, he ahí que todas las brujas y bruxas que conozco odien a mi madre, la perra no tiene honor ni respeto por nada ni nadie en su afán de adquirir más poder. Aunque la maravillosa mamá de Mhatrios no era estúpida, así que, maldijo a la mía con su último aliento. La maldición fue tan efectiva que ahora luce como una anciana de noventa años sin ningún poder destacable, hasta las brujas humanas son mejores, y eso siempre me ha alegrado. El Karma funcionó a la perfección con ella. Lo malo es que el hijo (con severo complejo de Edipo), Mhatrios, no puede entender que debe coger un puto avión, ir a Estados Unidos y vengarse de mi madre para dejar de joderme.

Es tan lamentable lo común que es entre las bruxas obligar a los hijos a pagar los crímenes de sus padres. Una mierda, la verdad.

Casi siempre que he vuelto a casa hecho mierda a golpes es porque me topo ha ese malparido purasangre, si no fuera un híbrido le partiría esa puta cara. Sin embargo, es un alivio que solo me ataque porque quiere vengar a su madre y porque Ace quiere hijos conmigo, si supiera de Lorena esto sería mucho peor. Mhatrios era uno de los bastardos que quería comprarla en aquella subasta del bajomundo antes de que yo llegara y me la robara. Pensándolo bien, nuestro tema con Ace también es bastante grave; ambos conocemos a la chica gracias a Benny, ella es una bruja y una adivina muy prestigiosa con una mente muy abierta gracias a su crianza naturalista y comunitaria en el bosque. Cuando era joven, ella decidió que ambos, Mhatrios y yo, éramos excelentes candidatos para tener descendencia, yo me negué de inmediato y lo sigo haciendo, es como una hermana y no tengo complejos incestuosos. Mi gigantón enemigo quedó feliz creyendo que podría conquistar a la famosa Ace, sin embargo, la muy caprichosa declinó sus ofertas argumentando que o se acostaba con ambos o con ninguno, y como yo no pienso cumplirle el deseo, él se encabronó aún más conmigo en vez de intentar ser un buen partido para ella.

Y luego tienen el descaro de preguntarme por qué odio a las bruxas.

El Brujo y El Muro: Dentro del Espejo (libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora