🌿C.3: Ares🌿

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🌿 Ares 🌿

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Al llegar a casa, Ada me recibe explicándome que Matt aún no ha despertado. Me sorprendo gratamente de la efectividad de mi hechizo y entro feliz de la vida sin explicarle un carajo, ella me saca en cara que nunca le digo nada, su voz se pierde a lo lejos debido a que ya estoy en las escaleras. Espero que todo salga bien.

Lorena me atrapa a medio camino para darme un beso en la mejilla y darme las gracias sin decirme por qué para luego salir corriendo. Últimamente hace mucho eso de darme las gracias sin razón, ya me está hartando no saber por qué, sin embargo, mi misión de hoy es otra. Me planto frente a mi propia puerta mas un fugaz pensamiento me deja allí, sin saber si entrar. ¿Qué haré si el chico me quiere mandar al diablo? Digo, de verdad. El silencio comienza a dolerme en los oídos, tras de mí siento a Ares y después de años por fin vuelvo a escuchar su voz.

— ¿Qué pretendes con mi amo? — vaya sorpresa.

— Así que Matt es tu dueño — comento por lo bajo sin voltearme, uno nunca debe ver a la cara a ese tipo de espíritus, solo cuando se disfrazan uno está a salvo.

Ares nunca ha sido un gato y nunca entendí porqué estaba en mi casa si no le simpatizo, ahora sé la razón, estaba esperando a Matt.

El destino siempre molestando como una suegra entrometida.

— No te hagas el tonto, Kai Ivanov — su voz es gutural y tan profunda que parece que habla desde el fondo de un pozo, con eco y resonancia. Habla directo a la mente, sin necesidad de cuerdas vocales.

— No me llames así, por favor.

— Matt es una buena alma, no lo arruines.

— No le haría daño, es mi...

— ¿Amigo? Si algo sé de ti, pequeño Kai, es que no te conoces a ti mismo. No puedes ayudarlo si no eres sincero contigo. No puedes ayudar a nadie si no reconoces tu reflejo.

Vuelve a ser el gato de siempre, pasa por mi lado entrando antes que yo a la habitación dejándome solo y confundido en el pasillo. Exhalo profundamente, sé exactamente a lo que se refiere, desde hace un tiempo hasta ahora hay una idea... no, una sensación que no para de hostigarme, como una astilla. Si es lo que creo estoy frito, aunque quizás la idea de que sea verdad no sea tan mala.

El Brujo y El Muro: Dentro del Espejo (libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora