🌿C.7: La amenaza❄️

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🌿 La Amenaza ❄️

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— Tú ni me hables, traidora — le contestó enojado entrando a su hogar seguido de la hermosa chica.

— ¿Aún estás molesto? No seas así, no dije ninguna mentira. Mi mamá te manda saludos, por cierto, también pregunta cuándo me darás una hija o hijo o hije — comentó alegre.

— Dile a tu madre que es un honor que me recuerde, pero que ahora detesto a su hija, así que no habrá nada en común entre ambos más que recuerdos, gracias.

— Si estuvieras realmente así de enojado conmigo, habrías sellado las barreras en mi contra para que no pudiera entrar a tu territorio de visita — sonrió ampliamente.

Kai detuvo sus pasos suspirando pesadamente, se llevó una mano a la cadera y con la otra se apretó ligeramente el tabique como si tuviera una jaqueca. Intentó tranquilizarse un poco, después miró a los ojos de Ace con tan notorio reproche que la chica tragó saliva. Nunca lo había visto así de molesto con ella.

— ¿Por qué mierda dijiste algo así frente a esa bastarda? Ahora obligó a Matt a ir a verla, si le hace algo Ace, tu linaje termina contigo.

La muchacha sonrió un momento incrédula, mas el semblante del brujo no cambio, él no estaba bromeando ni jugando, la amenaza era real.

— ¿Serías capaz de sacrificarme a mí por tu humano? — intentó que su voz no sonara dolida, no lo consiguió ni un poco.

— Sería capaz de sacrificar a cien bruxas por él — usaba un tono realmente severo. No estaba de humor para tolerar los reproches de Ace ese día, estaba demasiado preocupado por el chico de ojos verdes —. ¿A qué mierda has venido? — no solo estaba molesto, también estaba dolido y decepcionado.

— Vine a verte a ti y a la pequeña Lorena — dijo la mujer con un tono suave y sumiso, como a una niña a la que han reprendido.

— Lorena está en su habitación, puedes ir a verla si quieres. A mí ya me viste, date por complacida.

— ¿Y esta quién es? — preguntó Hagen que acababa de llegar del baño y no entendía qué pasaba.

— Hagen, no empieces, no estoy de humor. Ella es una conocida que viene cada ciertos años a ver a Lorena.

El punk se retiró hacia el interior dejando al anciano y a Ace algo sorprendidos del humor de perros que tenía aquel día.

Al pasar una hora, Kai se preparó para ir a sacar a Matt del aquelarre de Selene, bajó rápidamente los escalones encontrándose a la hermosa bruja platicando con el resto de los habitantes del edificio. Obviamente esto lo encabronó más, le advirtió a la mujer que no quería verla al volver y salió disparado de su castillo. Ace le sonrió a todos, se arregló el común vestido gris que llevaba puesto y salió tras Kai despidiéndose con afecto.

— Vamos, chico. No tienes que seguir así de molesto. Vamos, nada de lo que dije era mentira.

— Ace, cállate y déjame en paz.

— Vamos, ¿no es suficiente castigo que me hayas prohibido el ingreso al cuarto y quinto piso?

— No, no lo es.

El punk andaba a paso rápido provocando que su largo abrigo de tela ondulara al viento con las piedras resonando bajo sus botines. Ace por su lado a duras penas le daba alcance con esos incómodos zapatos de tacón tan populares entre las féminas del mundo, por accesorios de moda como esos es que detestaba salir de su bosque.

— Kai, detente. Selene no le hará nada malo, solo quiere convencerlo de abandonarte y unírsele — confesó jadeando.

— Eso es obvio, pero sé lo bastarda que es cuando no consigue lo que quiere y tú también lo sabes — sus ojos amarillos salieron a relucir sobre el castaño que siempre usaba.

El Brujo y El Muro: Dentro del Espejo (libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora