Capítulo 39

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Leo el mensaje de Riley diciéndome que están en la universidad. Le paso el móvil a Jason que sonríe una vez acaba de leerlo. Un segundo mensaje de Charlotte diciéndome que tenía razón sobre Riley nos hace sonreír.

—He perdido quinientos dólares —comenta devolviéndome el móvil —no debería extrañarme.

—No le digas a un Bradford, no podrás. —le recuerdo —te demostrará cuan equivocado puedes estar de infinidades de maneras.

Debería saberlo por nuestra madre, que fue educada como uno de ellos y se define más Bradford que D'angelo. Jason le ha mostrado el rostro de quien, se supone, intenta secuestrar a Charly. Yo hice lo propio hace un esta mañana antes de salir del penhouse.

—Me sigue molestando que no esté armado.

—Lo está —me corrige Jason y niego frustrado. —Si hubieras visto lo mismo que yo, no tendrías dudas.

—Eso no es ni de lejos más rápido que una bala.

—Deben parecer que no llevan escoltas y que Riley es lo que es, un familiar que la acompaña —comenta y afirmo —ese idiota querrá hacer las cosas él mismo, confía en mí.

—Quiero confiar Jason, pero no deseo dormirme. — Guardo el móvil y fijo mi mirada en los asistentes a la reunión.

— Riley sabe quién. Sabrá manejar la situación.

El grupo con el que Charlotte trabajaba a diario, su único roce social distinto a su familia. En medio de ellos se encontraba la persona que entregaba información.

Dorothy, Neal, Won, la asistente de subdirección, y todo el personal administrativo del hospital. Un resumen de veinte personas son los que, según las fuentes y cámaras, las personas con la que ella cruzaba palabras o tenia lo más cercano a una amistad.

No lo iba a encontrar en esa reunión o lo haría confesar. Pero, es posible que hiciera algo en las horas siguientes que nos diera informes de su identidad.

—Iré directo al punto. Alguien de este hospital está entregando información delicada a fuentes peligrosas —empiezo a decir. —información que ocasionó daños en la salud de Charlotte Joly, mi prometida en dos ocasiones. La ultima de ella fue hace cinco días.

El silencio se instaura en la sala, todos parecen tener el mismo semblante. No puedo encontrar algún rostro diferente a la sorpresa por lo que acaban de escuchar.

—¿Qué podemos hacer para hallar a esa persona? —habla una chica rubia, la reconozco como empleada de recursos humanos.

—¿Su nombre y cargo?

—Beatriz, asistente de Recursos humanos. Estoy en vacaciones, pero insistieron en que era obligatorio asistir.

Dorothy y Neal, resoplan intercambian miradas de fastidio y la miran de igual manera. Se nota la molestia por ser sacada de su casa, aunque el bronceado que luzca nos dice que ha estado lejos de la ciudad.

—Beatriz —repito viéndola a los ojos —lamento haber dañado sus vacaciones —hago una pausa antes de seguir, siendo observado por ella que no disimula lo que le molesta estar allí —no espero que hagan de detectives o iniciar una cacería de brujas —la risa que sigue relaja el ambiente, pero tensa a la mujer que me ha preguntado.

—Dejaremos eso en manos de personal especializado. —habla Jason.

Sostiene su mirada por segundos y acaba cuando ella la desvía. Charlotte solía hablar de ella en los primeros meses, según contaba le hizo la vida de cuadritos. No me lo decía a mí, la escuché hablar sola al respecto en varias oportunidades.

¡Jefe! ¿Yo qué?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora