20 ↺ Guardián

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Esto era complicado.

Mael se estiró cuando subía las escaleras y lanzó un gran bostezo, a su lado, Caín no iba mejor.

—Gracias a la sangre es incapaz de saber qué o quién los mató, pero no voy a decir en voz alta lo que ya sabemos —Caín habló después de un rato—. Si la vieja Lycan lo dice, es cierto.

—Un licántropo se volvió loco en luna llena y ha masacrado a 51 lobos. Los cazadores van a estar tranquilos hasta que comience a matar humanos.

—Tenemos hasta la próxima luna llena para encontrarlo y... ¿qué se supone que es esto?

Compartieron unas miradas, divertidos por encontrar a un pequeño beta dormido mientras abrazaba una almohada. Había dos botellas de vino tinto en el piso y debido a que ni siquiera se movió cuando se sentaron en la cama, los dos Alfas dieron por hecho que Claude estaba en una clase de coma etílico.

—¡Alfa! ¡Alfa! ¡Sálvanos!

Los gritos no se hicieron esperar en cuanto uno de sus lobos los llamó. Se pusieron de pie y todo ese escándalo despertó al beta, pero ninguno le prestó atención y salieron corriendo.

Se podían escuchar estragos, rugidos de una bestia colérica y el terror de los lobos. Mili ya estaba intentando contrarrestarla, pero nada la detenía.

Todas las balas caían al suelo apenas y tocaban su piel.

¿Por qué demonios se había soltado? Encima... ¿qué era ese cobertor que traía? Lo sujetaba y procuraba que nada lo dañara, pero eso no era lo alarmante.

Sino que nada podía detenerla.

O eso pensaron.

—¡Hey! —la voz de Claude atrajo la atención de todos, incluida la de la bestia y los Alfas se aterraron cuando lo vieron caminar hacia ella—. ¿Qué estás haciendo? Te dije que debías quedarte y portarte bien.

Si la incredulidad pudiera tener un nombre, sin duda alguno sería El Clan Eckzahn, porque ningún lobo se tragó su sorpresa al ver que un simple humano se acercaba decidido a una bestia lupina que era casi inmortal y sumamente peligrosa. Seguro sin mucho esfuerzo se lo tragaba.

Pero la bestia se puso a cuatro patas y se sentó delante del humano. Movió el rabo feliz y Caín se cubrió sus ojos en cuanto vio que el beta iba a acariciarla. Mael no pudo despegar su mirada.

—Eso es, me dio miedo cuando te quedaste tirando tu cadena, supongo que no soportó mucho si estás aquí.

Había pasado mucho tiempo desde que habían visto algo así. Casi nadie se acercaba al callejón, nadie sabía incluso quién había sido esa bestia, pero lo cierto era que un día fue un lobo como todos ellos.

Un Alfa.

Y ahora no era más que una criatura enorme con malformaciones. Era un hombre lobo lo vieran por donde lo vieran, un licántropo que se volvió loco por culpa de la rabia y nadie quería ni saber su nombre. Por eso se quedaron como unos idiotas escuchando y mirando a Claude llamarla "Guardián".

—Vamos —Claude extendió su mano y la bestia hizo lo mismo—. Deja de asustar a todos por aquí.

Resultaba estúpido ver esta escena en cierta forma, porque tenían a un humano hablándole a un hombre lobo amorfo con voz sosa a la cual nombró Guardián y trataba como un perro. Más estúpido era que la bestia lo siguiera tomando su mano hacia el callejón y no se lo intentara tragar.

—¿Ya puedo abrir mis ojos y desmayarme porque esa cosa se comió a nuestro beta? —la pregunta de Caín casi lo hizo reír.

—Míralo por ti mismo.

CÓDIGO OMEGADonde viven las historias. Descúbrelo ahora