Tuya (+18)

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No sabía que hora era, pero estaba en la cocina de alguien jugando a tirar una pequeña pelotita en unos vasos, éramos dos equipos, Gareth, Steve y yo contra Robin, Eddie y Vicky, la chica que le gustaba a Robin. Íbamos ganando, nos faltaban solo dos vasos y la partida era nuestra.

Steve tiró y obviamente acertó el tiro, era bueno en eso. Yo iba ya bastante borracha y cualquier cosa me hacia reír. Robin tiró su pelota y acertó también, haciendo que Gareth bebiera, él al igual que yo iba borracho perdido y los dos juntos no hacíamos uno solo.

-¡Me tocaaaa! -dije arrastrando las palabras.

- ¡TU PUEDES! -Gritó Gareth a mi lado animándome.

- Vas a fallar, Maya, no pienso beber un vaso más, vamos a ganar esto nosotros. -dijo Eddie mirándome fijamente a lo que yo le saqué el dedo y el se rio.

Me concentré como pude ya que todo daba vueltas y tiré la pelotita, rebotó tres veces antes de caer en el vaso que quedaba en pie. Steve y Gareth me levantaron por los aires gritando mi nombre a lo que yo solo podía reír mientras veía a Eddie beber su último vaso.

- Voy a fuera a fumar un rato, ¿vienes conmigo? -preguntó Eddie cuando los chicos me bajaron.

- Claro, vamos.

Salimos los dos a la terraza de atrás, donde no había casi nadie más que algunas parejas dándose el lote y gente borracha tirada por el suelo.

Eddie se tumbó en una de las tumbonas y se palmeó las piernas para que me sentara encima suya.

Me senté a horcajadas encima suya y el sacó una pequeña cajita de su bolsillo, empezando a liar un porro de marihuana.

- ¿Podré probar? -pregunté mirando como su lengua pasaba por el papel, embobada.

- ¿Esto o a mi? -preguntó con una sonrisa traviesa.

- Puede que las dos cosas.

- Maya.. -Eddie dejó de sonreír y sus ojos se oscurecieron.

Encendió el cigarrillo y empezó a fumar, tenía un olor fuerte pero aun así se lo cogí de entre los dedos, haciendo que él me lo arrebatara otra vez.

Lo puso entre sus dedos y lo acercó él mismo a mi boca, entreabrí los labios y noté sus dedos rozándome mientras daba una calada y el humo entraba directo a mis pulmones.

No me dio tiempo a sacarlo de mi boca cuando la boca de Eddie estaba sobre la mía, sus manos en mi espalda baja apretándome contra él y su lengua abriéndose paso en mi boca, solté el humo contra la suya y al terminar de soltarlo todo él se separó de mi, haciendo que el humo saliese de su boca.

- Ahora mismo te haría mía justo aquí. -susurró con voz ronca cerca de mi cuello.

Mi cuerpo se estremeció y me apreté más contra él, notando su erección creciendo debajo de mi.

- Hazlo. -susurré dejando un beso en su cuello.

- Joder. -murmuró y se levantó casi de un salto conmigo enroscada en su cintura. 

Salió por la puerta del jardín y nos metimos en los asientos traseros de su camioneta, sin dejar de besarnos, yo ya estaba empapada y él ni siquiera me había tocado.

Sus manos recorrían mi cuerpo y su boca estaba sobre la mía de manera frenética y brusca.

- Te necesito tanto, llevo horas queriendo hacerte mía, desde que estabas entre el público, mirándome con esos ojos de cervatillo que pones cuando me ves. -gruñó.

- Soy tuya Eddie. -las palabras salieron de mi boca sin pensar.

Los ojos de Eddie se oscurecieron al instante y en un momento me quitó la ropa, dejándome completamente desnuda ante él, se bajó sus pantalones y me colocó encima de él, haciendo que su miembro se colocara en mi entrada, y yo soltara un gemido.

- Dímelo otra vez. -volvió a gruñir mientras empujaba un poco contra mi y yo gemía en respuesta.

- Soy tuya, hazme tuya, ahora Eddie, por favor. -susurré con la voz entrecortada por los gemidos.

Entró en mi sin problema yo estaba completamente mojada y él al notarlo gimió fuerte, empezando un ritmo duro y constante. Los cristales iban empañándose mientras nuestro ritmo iba aumentando, hasta que los dos nos corrimos uno junto al otro.

Nos quedamos así, él en mi interior y su cabeza apoyada encima de mis pechos. Alargué la mano hasta el cristal y escribí "te quiero". Él me miró con una sonrisa.

- Quiero que seas mía de verdad, Maya, quiero que seas mi novia. -sus ojos encontraron los míos y yo sonreí.

- Claro que seré tu novia, Munson, mucho has tardado en pedirlo. -volví a besarlo entre risas.

Sweetheart - Eddie Munson +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora