La llave

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Teníamos unas cuantas armas, solo nos quedaba llegar al portal, vivos.

Yo salí primero de la caravana, para ver si había alguien o algo.

Nada.

No habíamos vuelto a escuchar la voz y el demogorgon no había vuelto, así que les hice una señal a Max y Will y vinieron a mi lado.

Los tres salimos corriendo en dirección al lago, teníamos que llegar al portal lo más rápido posible.

Ellos dos iban por delante de mi, me había retrasado para cubrirles las espaldas a los dos, me aseguraría de que ellos dos entraran en el porta, aunque me costase la vida.

Un gruñido a lo lejos detrás de nosotros hizo que los tres nos estremeciéramos.

- ¡No os paréis! -grité.

Nos faltaba poco.

El lago no tenía agua, estaba completamente seco y al llegar al portal una de las enredaderas cogió a Will.

- ¡Will! -grité y Max empezó a darle con el hacha a la enredaderas.

- ¡Suéltalo hijo de puta! -gritó ella.

Will cayó al suelo y la enredadera se hizo pequeñita y se fue de ahí.

- Tenéis que entrar, ya. -les dije mirándolos.

- Está llegando. -dijo Will y los tres nos giramos.

El demogorgon corría hacía nosotros, estaba a unos pocos metros.

- ¡Ya! -grité y con todas mis fuerzas los empuje a los dos, haciendo que cayeran dentro del portal.

Yo estaba algo más lejos y intenté saltar en él.

La enredadera me cogió el tobillo y mi cuerpo cayó al suelo, mi mano rozó el portal, pero no pude hacer nada.

El demogorgon llegó a mi lado y gruñó poniendo un pie encima de mi brazo.

- Tráela, la necesito viva. -la voz volvió a hacer eco.

Me cogió y me empezó a arrastrar por el suelo, llevándome a algún lugar.

Yo gritaba y pataleaba, pero no podía, él tenía más fuerza que yo.

Llegamos a una casa, la casa de Vecna.

La puerta se abrió y el demogorgon me tiró dentro.

- ¡Te matamos, maldito hijo de puta! -grité perdiendo los nervios.

- Tienes razón, estoy muerto, pero esto, mi mundo, me mantiene vivo, puede que mi cuerpo no esté, pero mi mente está en todas partes. -habló la voz de Vecna.

- ¿Qué quieres de mi? mátame de una vez. -estaba llorando.

- No voy a matarte, vas a quedarte aquí conmigo, Maya. -se rio.

- ¿Por qué? -susurré y mi cuerpo cayó al suelo.

- Te lo enseñaré. -susurró de vuelta la voz y una oscuridad me envolvió.

Estaba en mi antigua habitación en California. 

Bajé las escaleras.

- ¿Papá? -grité.

No obtuve respuesta y mi mirada se centró en la puerta con código de seguridad que había debajo de la escalera.

Su laboratorio, siempre estaba ahí metido.

Puse el código y bajé, nunca lo había hecho, pero estaba cansada y necesitaba ver a mi padre.

El ascensor bajó hasta pararse y cuando las puertas se abrieron, empecé a escuchar una alarma y al levantar la vista, el laboratorio estaba sumido en un caos.

Corrí a buscar a mi padre y lo vi en el suelo, al lado de una puerta medio abierta, sangrando.

- ¡Papá! -grité arrodillándome a su lado.

- Maya, mi vida, tienes que irte, tienes que ir con tu hermana, he hecho algo malo. -mi padre hablaba y la sangre no paraba de brotarle del estómago y la boca.

- ¿Qué has hecho papá? -pregunté en pánico.

- Maya, vas a ir con tu hermana a Hawkins, ella te protegerá, ahí estarás a salvo, he abierto algo, he creado a un monstruo, lo siento mi vida, lo siento mucho. -respiró una última vez y sus ojos se cerraron.

- ¡Papá! ¡No! -grité llorando.

A partir de ahí todo fue un caos.

Un ruido se escucho en la habitación detrás de mi padre y de ahí salieron unas enredaderas negras.

Por el ascensor bajaron unos diez hombres, todos armados.

- ¿Maya Buckley? -preguntó uno de ellos y yo solo lo miré.

- Cogedla. -otro habló y el primero me cogió, llevándome lejos de mi padre.

Me metió en el ascensor y escuché un gruñido de algo, como un animal extraño y empezaron los disparos.

El hombre a mi lado se tensó.

- ¿Dónde vais a llevarme? -pregunté.

- Vas a recoger tus cosas, vas a llamar a tu hermana y te vas a ir a Hawkins, tu padre nos dio esas ordenes, pero no vas a acordarte de esto. -dijo lo último y sacó una jeringuilla con un líquido de un color azul, me la clavó en el brazo y todo se volvió negro otra vez.

La oscuridad de mi alrededor desapareció.

- ¿Por qué me enseñas esto? -estaba llorando mucho.

- Tu padre me creó, tu padre creo este mundo, por su culpa estamos atrapados aquí y no podemos acceder a tu mundo, tu eres la llave del portal, él lo creó a partir de un poco de tu sangre, eres la única que puede destruirlo. -dijo Vecna y mi cuerpo tembló.

Mi padre.. él.. dios mio.

No iba a salir nunca de ahí.




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he subido un video a mi tik tok @lizzbetbooks id a verlo, si me comentáis que venís de wattpad, os sigo a todas mis niñas

siento la tardanza chicas,

¿que os ha parecido el capítulo?

Maya está atrapada en el otro lado y es la llave para cerrar o abrir el portal, ¿que opinan de eso?

en el próximo capítulo veréis lo que ha pasado con Will y Max.

Sweetheart - Eddie Munson +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora