¡Felicidades!

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- ¡Estamos aquí, llevamos más de dos horas intentando contactar con vosotros! -la voz de Steve hizo que mis ojos se abrieran, sin saber muy bien dónde estaba.

Pero al darme cuenta de que Eddie y yo estábamos desnudos, la única manta estaba en el suelo porque Eddie había rodado con ella durante toda la noche y iban a entrar en cualquier momento entré en pánico.

- ¡Eddie! Los chicos están aquí. -le grité agobiada buscando mi ropa a lo que él solo abrió los ojos y gruñó.

- ¿Te he dicho que despertarme con estas vistas de tu culo me gusta mucho? -sonrió perezosamente, pero la sonrisa le duró poco.

- Chicos, ¿qué cojones hacéis? -Steve entró en la habitación abriendo la puerta al completo, dejando ver un par de cabezas curiosas a través de ella.

- ¡Mierda Harrington! -gritó Eddie y vi como los calzoncillos de Eddie volaron por la habitación, estampándose en la cara de Steve.

- ¡VOY A MATARTE MUNSON! -gritó Steve intentando entrar.

- ¡ESTOY DESNUDA, VETE DE AQUÍ YA! -grité en respuesta y Steve se puso rojo cerrando la puerta, mientras las risas empezaban al otro lado de ella.

Eddie empezó a reírse también. ganándose una mirada asesina de mi parte.

- No es gracioso, me acaban de ver todos desnuda. -dije indignada.

- También han visto a mi gran amigo, no creo que se quejen por eso. -dijo él y mi vista bajó viendo como su erección estaba en su total esplendor matutino.

- Eddie, hay que preparar todo para Dustin.. -le dije mientras él me abrazaba y dejaba algunos besos en mi hombro aún desnudo.

Gruñó y se metió al baño mientras yo me reía.

Salí de la habitación una vez estuve vestida y me encontré a todos los chicos sentados en el sofá sacando todo lo que habían comprado para Dustin.

- Siento.. bueno, eso que habéis visto. -dije mientras mis mejillas ardían y ellos me miraban riendo.

- Nosotras vamos a hablar luego. -Dijo Robin guiñándome un ojo a lo que Max y Once gritaban que ellas también querían enterarse.

Los demás no dijeron nada, Steve seguía rojo de la vergüenza y decidí ir a preparar las cosas con él en la cocina mientras los demás ponían todo en orden.

- Eddie ha tenido un buen lanzamiento, ¿no? -me reí acercándome a él.

- Cállate, los calzoncillos de Munson en mi cara y verlo desnudo va a ser una pesadilla que me va a perseguir toda mi vida. -se frotó la cara. -y siento mucho haberme quedado mirando, solo que no me esperaba esa escena y pues bueno, lo siento.. -me miró esta vez.

- Tranquilo, ha sido gracioso. -volví a reírme, causando que él se uniera a mi esta vez.

- ¿Qué es tan gracioso? -preguntó Eddie uniéndose a nosotros.

- Tus calzoncillos en la cara de Steve. -me reí otra vez, no podía parar.

- ¿Chicos? ¿Alguien me recibe? ¿Qué estáis haciendo? -era Dustin hablando por el walkie, se notaba que estaba triste y todos nos miramos en silencio.

- No contestéis. -habló Mike.

- Por favor si es que me imagino su pobre carita siendo su cumpleaños y que ninguno le digamos nada. -dijo Once.


Estuvimos unas cuantas horas preparando todo hasta que Eddie cogió el walkie y le habló a Dustin, diciéndole que yo me había ido y el se encontraba mal, que necesitaba su ayuda urgente. Dustin le había dicho que estaría allí en diez minutos, así que todos nos escondimos donde pudimos.

Max y yo nos metimos debajo de la mesa del salón, ahí apretujadas sin movernos ni un pelo mientras intentábamos no reírnos.

- ¿Eddie? -habló Dustin entrando y encontrando la caravana a oscuras.

¡SORPRESA! -gritamos todos saliendo de nuestros escondites a lo que Dustin soltó un grito, asustándose.

- Sois unos hijos de.. voy a mataros. -dijo acercándose a Eddie, que fue el primero en abrazarlo.

- Felicidades Henderson. -le dijo este y fuimos abrazándolo uno por uno mientras le felicitábamos.

La música en el pequeño tocadiscos de Eddie empezó a sonar y todos estábamos ahí entre risas, comiendo y viendo como Dustin soplaba las velas en su tarta de cumpleaños.


Llevábamos casi dos horas jugando a cosas absurdas entre risas, cuando de repente escuché algo fuera, un ruido familiar, así que como todos estaban entretenidos decidí ir a ver que pasaba.

Salí de la caravana y al segundo salió Max detrás de mi.

- Dime que tu también lo has escuchado. -dijo acercándose a mi, mientras cogía mi mano.

- El maldito reloj, otra vez. -susurré, y a los segundos volvió a sonar por segunda vez.

Sweetheart - Eddie Munson +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora