Papá

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Narra Maya

Íbamos los tres cogidos de la mano, estábamos temblando de frío, llovía y se escuchaban los truenos, no veíamos casi nada a menos que los relámpagos iluminaran el cielo.

- Hay que encontrar un sitio seguro. -dijo Max tiritando.

- No hay ningún sitio seguro, el sabrá donde estamos en todo momento. -se quejó Will.

- Vamos a la caravana de Eddie, es pequeña y podemos tapar las pocas puertas y ventanas. -aporté y intentamos encontrar el camino entre la oscuridad.

Estuvimos caminando durante un par de horas hasta que la encontramos, estábamos agotados y muertos de frío. Por suerte ahí había toallas y ropa seca con la que pudimos cambiarnos.

- Tenemos que llegar al portal y salir de aquí. -les dije después de habernos cambiado.

- ¿Y si esta vez no es tan fácil? -preguntó Will.

- Lo conseguiremos, siempre lo hacemos. -apoyó Max.

- Tengo un muy mal presentimiento.. -dije yo y algo sonó fuera de la caravana.

Nos quedamos en completo silencio, sin mover un solo músculo.

- Vecna murió, Eddie se lo cargó, no puede ser él. -dijo Will en un susurro.

- ¿Entonces que es lo que nos habló cuando llegamos? ¿Y qué cojones hay ahí fuera? -Max estaba perdiendo los nervios.

- Callaos, voy a ver. -me acerqué a una de las ventanas y entonces lo vi.

Había un monstruo de casi dos metros, al igual que vecna, su cuerpo parecía hecho de enredaderas negras..

Les hice señales a Will y Max para que se acercaran.

- ¿Qué mierda es eso? -Max tembló a mi lado.

- El demogorgon. -susurró Will y noté como su cuerpo se estremecía por completo.

- ¿Lo que te atacó? -le pregunté yo.

Will asintió sin dejar de mirarlo.

El demogorgon estaba fuera de la caravana, dando vueltas, como si buscara algo, a alguien, a nosotros.

- Estamos muertos, ¿cómo vamos a salir de aquí? -susurró Max de nuevo.

- Solo esperemos, a ver si se va. -dije.

Entonces el demogorgon se giró bruscamente hacia justo donde estábamos nosotros, gruñó y corrió en nuestra dirección.

Escuché como Will y Max gritaron, corriendo a esconderse donde pudieran en la caravana, mientras que yo vi una de las tablas de madera que tenía Eddie por ahí dentro y la estampé contra la ventana, usando mi cuerpo como peso.

Empezó a empujar la ventana, tenía demasiada fuerza y no aguantaría mucho más, tenía que pensar algo, rápido.

Max y Will estaban detrás de la puerta de la habitación y me miraban aterrados, yo forcé una pequeña sonrisa para demostrarles que todo iría bien.

Gruñía y empujaba, mi cuerpo no pudo más y caí de espaldas, dejando caer la tabla de madera y quedando cara a cara con el demogorgon.

Iba a morir, esta vez no iba a salir viva de ahí.

- ¡Maya! -escuché que gritaba Will entre los sollozos de Max.

Puse mi mano delante de mi cuerpo, esperando el golpe, esperando morir.

Nada.

Abrí los ojos y vi como de mi mano volvía a salir esa luz, más débil que la última vez, pero al fin y al cabo, era luz.

- ¿Papá? -susurré sin pensar muy bien.

Una figura de luz blanca estaba a mi lado, agarrando mi mano, no era yo, era él, era mi padre.

El demogorgon empezó a retroceder, gruñendo, como si la luz lo quemara de alguna forma.

Empujé más la luz, acercándome más a él, hasta que se dio la vuelta, soltó un grito y salió corriendo de ahí.

Mi cuerpo cayó al suelo y la luz desapareció por completo.

- ¡Papá! ¿Dónde estás? ¡Papá! -empecé a gritar, era él, mi padre, estaba aquí.

- Maya, ya está, todo está bien. -Max me abrazó rápidamente.

- Yo también lo he visto Maya, una figura de luz, ¿era tu padre? -dijo Will y yo asentí.

- Creo que era él, no sé como, ni por que, pero era él, estoy segura, es él quien desprende esa luz, no soy yo. -me trababa al hablar, estaba temblando.

- Yo también lo he visto, al menos hemos ganado algo de tiempo. -susurró Max contra mi hombro, sin dejar de abrazarme.

- Hay que prepararse, va a volver y no podemos solo salir de aquí y correr, es más rápido que nosotros. -dijo Will.

- Eddie tiene armas escondidas, pueden servirnos. -les miré a ambos y nos pusimos manos a la obra.

Teníamos que salir vivos de ahí.

Necesitaba entender por que mi padre había creado esa luz si se suponía que él estaba muerto.

Tenía muchas preguntas en mente y solo les daba vueltas.

Una risa fuerte y escalofriante se escuchó, haciendo eco en todas partes.

- Esta vez no os va a ser tan fácil libraros de mí. -dijo esa voz que los tres conocíamos perfectamente.

- Vecna. -susurré y los tres nos miramos con terror.

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ME HE AGOBIADO ESCRIBIENDO ESTE CAPITULO

EN EL PROXIMO CAPITULO..

vamos a descubrir unas cuantas cosas sobre maya y su pasado, al igual que un pequeño vínculo que hay entre unos personajes que va a ser un problema si uno de ellos muere o le pasa algo..

no digo nada mas

*se retira lentamente antes de que alguien le clave un cuchillo*

Sweetheart - Eddie Munson +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora