Sweetheart - Eddie Munson +18

Eres mi canal..

Abrí los ojos y mi vista empezó a adaptarse a la oscuridad que me rodeaba.

- Por fin despiertas, Maya. -habló esa voz que tanto odiaba.

- ¿Qué mierda quieres de mi? -grité a la oscuridad.

- Quiero que te unas a mi y hagas que mi mundo se conecte con el tuyo, tu eres mi canal para hacer eso, una parte de mi se quedó contigo la primera vez que me viste.

- ¿Que..? -no entendía nada.

De repente algo de luz apareció a mi alrededor, enseñándome a mis amigos, empecé a gritar para que me escucharan.

- No pueden oírte, Maya. -habló de nuevo.

- Déjame salir de aquí, ¿qué me has hecho? -volví a gritar mientras las lágrimas salían corriendo por mis mejillas.

- Vas a tener que morir para que yo pueda pasar al otro lado.

- ¡NO! -grité.

Dejé de ver la luz otra vez y de repente estábamos en el cementerio, en la tumba de mi padre.

- Él me creó, él nos conectó, tu padre fue quien abrió el portal a este mundo, tu eres la única que puede matarme, pero siento decirte que eso no va a pasar, porque si lo hago yo primero, si te mato yo a ti, ya nadie podrá matarme, seré completamente inmortal. -habló con voz grave.

- Mi padre no crearía un monstruo como tú. -escupí.

- No, no lo haría, pero lo hizo sin querer y al intentar destruirme yo me aferré a ti.

Esto no podía estar pasando, mi padre nunca me había dicho nada de esto.

- Es la hora. -habló y se acercó a mi.

Mi respiración se limitó, no me llegaba aire, me ahogaba. Colocó su mano delante de mi cara, era como si mi alma estuviese saliendo de mi cuerpo para irse con él.

No sé como conseguí mover mi mano derecha y agarrarlo del cuello, tirando de una enredadera que le cubría, haciendo que me soltara y se arrodillara de dolor.

Salí corriendo, no miré atrás mientras corría. 

No sabía a dónde iba, pero de repente estaba en la caravana de Eddie, seguía todo oscuro, pero conseguí entrar y me metí en su habitación.

- ¿Eddie? -grité pero no obtuve respuesta.

Me encerré ahí haciéndome una bolita en la cama de él, intentando pensar en que podía hacer para parar todo esto.

- ¿Maya? -algo habló en la habitación.

Era Dustin.

El walkie.

Corrí a buscarlo y lo encontré debajo de la mesa.

- ¿Dustin? Soy yo, Maya, estoy en el otro lado, ¿me recibes?

- ¿Maya? ¿estás ahí? no la escucho chicos.. -dijo.

- ¡Yo te escucho Dustin, estoy aquí! -volví a gritar.

Silencio.

- Maya, no se si me escuchas esta vez o no, pero voy a buscarte cariño, vamos todos de camino al portal, voy a matar a ese hijo de puta. Te quiero. -el walkie se apagó, era Eddie.

- Yo también te quiero.. -susurré y volví a llorar.