Capítulo 11

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Un beso no es cualquier cosa. Es difícil que alguien lo haga con un vacío de sentimientos, es imposible dar un beso sin sentir una grata felicidad en el corazón y por eso, dar un beso no es fácil.

Son de esas cosas que de a poco SeHun se dió cuenta quebrando esa pequeña inocencia que se resguardó en su corazón. Hay que ser comprensibles, su adolescencia se perdió en los cuatro muros de su habitación, en una meta que su hermano planteó y planificó con perfección, así que, SeHun es un desconocido en este mundo y en sus pequeños placeres.

El primer toque fue difícil, muchas cosas pasaron en su mente junto con un diminuto resentimiento que le grita cuando realiza un movimiento, pero el siguiente fue más sencillo, más natural e intencional. Es como un pequeño juego que apenas entiende pero está más que dispuesto aprender.

El sonido de la cascada es el testigo principal, las horas se hacen pesadas y el suspiro lentamente se escapa. El aroma de ChanYeol es cálido, le hace sentirse protegido pero a la vez el quiere proteger con todas fuerzas, es un sentir bastante bipolar que se debate entre si.

No hay pasado mucho tiempo del primer encuentro y solo fue en cuestión de días para que tanto SeHun y ChanYeol ya no pudieran mantenerse separado pese que no hay algo que los una, no hay mordida, no hay nada.

¿Está bien suplicar por más? Uno nunca lo sabe.

Los días han sido lentos y sin mucho que decir, como era de esperarse, ChanYeol regresó a su rutina tan aburrida en los suburbios, en su vida tan aburrida como académico en una monótona universidad, por otro lado, SeHun permanece más nervioso, pues con cada día nuevo que aparece, es un día más cerca de su triste final.

Si, tan cerca de ese cruel destino.

─ ¿Cómo es la ciudad? ─ Pregunta de repente luego de separar sus labios de los ajenos.

─ Ruidosa e inmensa.─ ChanYeol responde casi sin chistar.─ No es la gran cosa, a no ser que tengas aspiraciones de hombre moderno.

─ Mis únicas aspiraciones que he tenido son salir del bosque.─ Ríe y el mayor sonríe.─ Y después de eso, no hay nada.

─ ¿Ni siquiera un sueño aislado?

─ No, no lo creo.─ Bufa.─ Solo sueño con el día que salga de este bosque.

─ Sin ambiciones, eh. Interesante.

─ ¿Qué hay de ti? ¿Cumpliste todos tus sueños?

ChanYeol se mantiene en silencio mientras pone su mirada en el estrellado cielo. Suspira y muerde sus labios, al final los tuerce y regresa su mirada a SeHun.

─ Casi, pero no.─ Responde dejando a SeHun en una postura confusa.─ Digo, pude salir del bosque pero fuera de eso, todo ha estado girando entorno a mi familia y sus deseos.

─ Que te cases y tengas muchos cachorros.─ SeHun se burla y ChanYeol deja ir una risa seca.─ El prototipo de alfa perfecto.

─ Si, el alfa que guiará a los suyos en los caminos llenos de oscuridad.─ Resalta con sarcasmo y SeHun asiente.─ Es patético.

─ Lo somos, nuestra naturaleza lo es.

De nuevo no puede evitar sentirse mal con todos esos pensamientos, tan pesados y ambiguos que taladran las profundidades de su mente. Es como una vocecita que se encarga de arruinarle su realidad, sus sueños y deseos, o sea, arruina cada vez que mira los ojos de SeHun y las veces que ha deseado mantenerse a su lado.

Desde que volvió a su triste rutina, su vida no ha estado en un punto tranquilo, todo lo que su lobo puede hacer es extrañar y añorar el aroma de SeHun, y claro, como un buen alfa, no puede dejar ese lado territorial, que incluso en sueños aparecen esas terribles ganas de marcarlo, dejar sus colmillos plasmados en el fino cuello del joven alfa.

Alphas »ChanHun« (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora