Y ella entendía el mensaje. Pero no hacía nada al respecto. Lo miraba de lejos cada vez que podía, su mente lo pensaba a gritos y sus ojos le exigían su imagen, pero no hacía nada al respecto ni se acercaba. No le interesaba tener nada con él, aunque claro que le devoraban las ganas de besar sus labios. Era contradictorio y a la vez congruente.
Ella era poco común.