Muy al fondo, en la última mesa. Un chico de hombros anchos la miraba casi disimuladamente. Casi.
Rodó los ojos. Para eso la habían traído a una discoteca, para ligar. Muy buen plan de sus amigas. Bajó del banco en donde estaba sentada y caminó hacia el baño. Entró en un cubículo, lo cerró y se sentó en el inodoro. Sacó su celular y sus audífonos y comenzó a escuchar su música.
Ella era poco común.