Y lo miraba, miraba cuando hacía cada gesto, cuando sonreía, cuando hablaba, cuando caminaba, lo miraba siempre. Nunca se detuvo a pensarlo, en realidad, lo único que le importaba era encontrarle a ese chico un defecto; algo por lo que ya no le interesara seguirle viendo.
Pero nunca encontró nada.
Porque estaba enamorada.