Ella levantó la mirada y frunció el ceño.
Unos ojos marrones la miraban con intensidad y ella odió que alguien más caminara por su sitio.
Sabía lo que tenía que hacer.
Aceleró el paso hasta estar frente a él.
Y le volteó la cara de una bofetada.
Ella era poco común. O tal vez estaba loca.