Querida Amelia:
Comenzare por decirte que siempre he querido lo mejor para ti, que jamás tuve intención de ponerte en riesgo, y que si, aún tengo que trabajar en mí misma para no sentirme culpable cada vez que pienso que quizás si no hubieras ido a ese viaje conmigo nada de esto hubiera pasado, que hubiéramos podido evitar el sufrimiento por el cual estas pasando, y yo no estaría escribiéndote ahora mismo esta carta, jamás imagine que una cosa así fuera a suceder, esos días en California fueron uno de los mejores días de mi vida.
Llegaste a mi vida en un momento donde no era feliz con la vida que tenía, donde estaba consumida por una rutina diaria que me estaba destrozando cada día y yo ni siquiera lo notaba, estudiar una carrera, conseguir un buen trabajo, casarte y tener hijos, para luego pasarte el resto de tu vida criándolos, trabajando 8 o más horas al día para poder mantener un hogar para ellos, y sirviendo a tu esposo, en los quehaceres del hogar, pues eso es lo que la sociedad te dice que debe ser una vida normal, he descubierto que es mentira que no todos nacimos para vivir en esos estándares, que está bien no tener una carrera, que está bien no tener un trabajo de 8 horas, que está bien divorciarse, que está bien enseñarle a tus hijos amar a cualquier persona, que está bien amar a más de una persona, que no todo es trabajo, que no todo es servirle al marido como si uno fuera un que está bien amar a cualquier persona, que está bien amar a más de una persona, que no todo es trabajo, que no todo es servirle al marido como si uno fuera un robot, que no todo es complacer a la familia, aprendí que a veces debemos ser egoístas con uno mismo para poder ser feliz y empezar a vivir, que debemos de tener amor propio, todo esto lo aprendí gracias a ti.
Cuando me dijiste que no me querías volver a ver, que no regresara a verte eso me rompió el corazón me destrozo el alma, pues en el momento en que llegaste a mi vida supe que te quería en ella, al principio no entendía por qué me alejabas cuando yo entendía que justo en ese momento era cuando más necesitabas de mi, pero un buen amigo me dijo: "Piensa Micaela, cuando amas a alguien no quieres que esa persona sufra por nada mucho menos ser tú la causante de ese sufrimiento, y la quieres protegerá toda costa. Eso es lo que está haciendo Amelia por ti, ella sabe que mientras te quedes a su lado ella te hará daño, aunque esa no sean sus intenciones, porque ella necesita sanar primero, necesita trabajar con ella misma, necesita volver a amarse para poder amar a alguien". En ese momento supe que tenía razón, y entendí que necesitabas encontrarte tu misma, necesitabas sanar por dentro y por fuera, necesitabas volver a amarte, necesitabas conocer a esta nueva Amelia, una que había surgido a causa de dolor, de sufrimiento, que estaba rota, así que te entiendo, es más puedo decir que te admiro eres una mujer tan valiente y fuerte, aunque tú no te des cuenta lo eres, porque no todo el mundo suelta y deja ir lo que ama para no dañarlo.
EL tiempo que estuvimos juntas fue uno de los mejores momentos en vida, contigo me sentí viva, amada, joven, hacia tanto que no me sentía así, me ayudaste a abrir esa puerta a la felicidad que a veces cerramos sin darnos cuenta, pues nos enfocamos tanto en complacer y hacer feliz a los demás que nos olvidamos de nosotros mismo. Te deseo lo mejor del mundo, deseo que puedas superar cada uno de los obstáculos que te impiden querer vivir, deseo que puedas volver a querer vivir, que puedas volver a verte y amarte como lo hacías, porque solo tenemos una vida y aunque ahora mismo no la quieras sé que eres lo suficientemente fuerte para resistir y luchar por esa Amelia que está muy en el fondo de ti, que le encanta vivir, que amaba el olor a café, que amaba viajar, tomar fotos, que amaba las plantas y los animales, esa Amelia que sin importa lo que había pasado cuando joven había decidido vivir y ser feliz.
No tengo la menor idea de lo que pasaste allí, y tampoco quiero imaginarlo, pero sí sé que eres fuerte y que puedes lograr salir de esa oscuridad, sé que puedas volver a encontrar la luz, yo creo en ti. Voy a respetar tu decisión y me voy a alejar, no voy a volver porque sé que es lo que me pediste y te lo debo, pero siempre estaré aquí para ti, si un día cambias de opinión o si ya sientes que has sanado, que has encontrado la luz no dudes en buscarme yo siempre estaré mirando sobre mis hombros por si decides volver a mí, porque al final de día siempre te escogeré a ti. Gracias por ayudarme a conocer a Micaela, te amo.
Att. Micaela
Leí la carta varias veces, llore mientras abría un sobre y la ponía adentro sabía que esto si era un adiós, que esto era un cierre a este hermoso capitulo de mi vida, pero estaba satisfecha con todo lo que dije en ella. Porque para poder sanar mi corazón necesitaba decirle adiós a lo que lo estaba rompiéndolo, necesitaba moverla de allí y comenzar a cocerlo poco a poco, necesitaba mostrarle que Amelia dejaría una cicatriz, pero era una llena de amor por mí.
Espere unos días antes de llevarla, fue como si aún tenía la esperanza de recibir una llamada de Amelia, diciendo que se arrepentía de lo que me había dicho, que realmente si me necesitaba allí y que yo debía ser parte de su proceso de sanación, pero nunca paso.
Le dimos la bienvenida al año nuevo todos en familia, Gonzalo y Jeremy volvieron a reunirse con nosotros, los gemelos estaban contentos cuando vieron a Jeremy llegar, se habían convertido en buenos amigos en tan poco tiempo, y eso me llenaba de felicidad, especialmente porque sabía que Alex no tenía amigos.
La primera semana de Enero decidí que no iba a esperar más, que tenía que llevar la carta a Amelia, y eso hice, me vestí, maneje hasta el hospital y pedí hablar con la doctora de ella, antes de entregársela le pregunte como estaba ella, si había visto algún progreso y me dijo que no, que había vuelto a dejar de hablar y que había intentado drogarse para quitarse la vida, y eso me volvió a romper un poco más el corazón, de esto precisamente era lo que Amelia trataba de salvarme, esto era exactamente lo que ella intentaba evitar, entonces me dije a mi misma que era suficiente, que aquí dejaba mis esperanzas de que ella se arrepintiera, así que entregue la carta a la doctora y me fui de allí prometí no volver a buscarla, prometí seguir mi promesa por ella, por mí.
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Conociendo a Micaela
RomanceMicaela es una mujer de 45 años con raíces afroamericanas y latinas, que está consumida por la rutina del diario vivir, casada hace 20 años con un marido que la ignora por completo y dos hijos en plena adolescencia. Llegara a su vida Amelia y Gonza...