Es el tercer día que Amelia está aquí en la casa con nosotros, y cada mañana me he despertado con el rico olor a café, adoro eso me hace levantarme de la cama más animada y alegre. Hoy me toca reunirme con Gonzalo en su oficina, pero es en la tarde así que decido quedarme en ropa más cómoda.
Cuando bajo a la cocina Amelia está sentada desayunando con los gemelos ellos están encantados con ella, definitivamente puedo acostúmbrame a esto, en eso tocan la puerta y es Máximo que hoy tiene el día libre de trabajo y quiere pasar el día con los gemelos, cuando llega a la cocina sonríe;
-Buenos días, Amelia huele delicioso ¿hay para otro más?
-Claro, siéntate. (le sirve el desayuno y todos miramos a que lo pruebe)
-Por todo los santos, que le hechas al revoltillo que sabe de esta manera, lo siento Micaela pero este es el mejor revoltillo que he probado en mi vida.
-Lo sé, yo también pienso lo mismo (digo yo y sonrío)
-Gracias (dice Amelia)
Desayunos todos juntos, hablando de las cosas cotidianas del diario vivir, hablamos un poco del trabajo y cuando hemos terminado, Máximo se lleva los gemelos y me quedo yo sola con Amelia, comenzamos a recoger la cocina y poner todo en el lavaplatos Amelia me observa;
-¿Hoy no tienes que ir a la oficina?
-Hoy voy a trabajar en la oficina pero en la de Gonzalo, pero voy más en la tarde, ¿tú trabajas hoy?
-No, hoy tengo el día libre, quieres ver una película conmigo ahora. Así compartimos antes de que te vayas al trabajo.
-De acuerdo.
Nos sentamos en la sala escogemos una película y comenzamos a verla de repente Amelia se recuesta su cabeza en mis piernas y se acuesta en el mueble, eso hace que mi cuerpo se tense ya que los gemelos o Máximo pueden entrar en cualquier momento, Amelia se da cuenta;
-Relájate Micaela, desde aquí podemos ver si llegan.
-Si, tienes razón, lo siento.
Terminamos de ver la película y nos quedamos sentadas en el mueble hablando un rato del trabajo de Amelia, cada vez que la observo cuando habla se nota la pasión que tiene por lo que hace, ojala puede montar su restaurante en algún momento sé que eso la haría súper feliz. Cuando miro la hora ya tengo que ir a prepárame para irme a trabajar;
-Bueno ya tengo que ir a ducharme para prepararme para el trabajo.
-¿Te acompaño a la ducha?
-Ehh... Yo... (tartamudeo me ha tomado por sorpresa) quisiera créeme, pero me aterra que lleguen los gemelos.
-Tranquila, era una broma, aunque daría lo que fuera por comerte a besos en la ducha.
-Suena delicioso, me voy antes que cometa una locura.
Subo me ducho y comienzo a vestirme, no sé por qué Gonzalo me dijo que no tenía que ir tan vestida profesional y que fuera cómoda, así que escojo unos jeans, una blusa azul claro, y unos zapatos cerrados en plataforma bajitos, me pongo un poco de maquillaje y listo. Cuando bajo Amelia todavía está en mueble ahora viendo un programa de cocina, cuando me ve voltea su cabeza y me mira de arriba abajo su expresión cambia;
-¿Que sucede?, ¿me veo mal?
-No al contrario esos jeans marcan tus curvas muy bien, te ves muy sexy, ¿segura que vas a la oficina?.
-Si, ya te lo dije.
-Mmmm, bueno que tengas un buen día (su expresión sigue seria)
-¿Estas molesta?
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Conociendo a Micaela
RomansaMicaela es una mujer de 45 años con raíces afroamericanas y latinas, que está consumida por la rutina del diario vivir, casada hace 20 años con un marido que la ignora por completo y dos hijos en plena adolescencia. Llegara a su vida Amelia y Gonza...