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Forzándome a no pensar en el dolor que sentía después de haber perdido una extremidad de mi cuerpo, volví al plan inicial.
Mientras el cobalto estaba lejos de mí, coloqué aceite nuevamente y con ayuda de las rodillas empecé a tirar con fuerza, intentando ser lo más silencioso posible. Después de todo lo que Sonic me había dicho, podría considerar que tenía la suficiente fuerza como para escapar de este infierno.
Tanto el esfuerzo, como el dolor y el aceite sirvieron lo suficientemente bien como para lograr sacar mis manos de las esposas; aunque claro, con unas cuantas fracturas por el esfuerzo, como lo supuse. De todos modos, fueron lo suficientemente leves como para no perder la movilidad de la mano y además, el dolor era mínimo a comparación de mi herida abierta.
Vertí el resto del aceite en mis piernas y me libré de las esposas inferiores con mucha más facilidad, ya que tenía la ayuda de mis manos.
-No quiero verte morir desangrado todavía porque aún me eres útil, así que...- El erizo había regresado, pero al no verme en el sitio donde estaba empezó a asustarse.
-¡¿D...Dónde estás, idiota?! - Cuestionó, tirando las vendas al suelo y tomando una posición a la defensiva.
Antes de dar la vuelta para buscarme, opto por darle una fuerte patada en la espalda; tan fuerte que quizá terminé fracturándole completamente la columna, pues inmediatamente cayó al suelo, inmóvil y gritando de dolor.
-¡MI ESPALDA! ¡AYUDA! ¡TAILS, AYUDA!- Exclamó, con lágrimas en los ojos y gritos desgarradores; intentando moverse a duras penas.
Ignorando sus gritos, tomé rápidamente las vendas que había dejado caer al suelo y limpié mis manos aceitosas con mi bóxer, para después empezar a correr y cerrar la pesada puerta del sótano, dejando a Sonic encerrado; podía escuchar sus fuertes alaridos desde aquí.
Intenté mantenerme discreto mientras me enfocaba en escapar. Vendé mi dedo y toda la mano izquierda para detener la hemorragia, será útil en lo que me largo de aquí.
Al subir a la sala y querer salir de la casa en busca de ayuda, me cruzo con Tails. Al verme, éste se abalanza hacia mí con fuerza, intentando detenerme. A pesar de sus esfuerzos, el pobre zorro no era más fuerte que yo, a lo que no me hizo ni un rasguño; haciendo que reconsiderara la forma pacífica en la que pensaba irme.
-Hace tiempo que quería hacer esto... ¿Sabes?- Le dije, antes de responder ante su agresividad. Lo tomé del cuello para empezar a elevarlo y apretujarlo con fuerza, haciendo que le faltara la respiración.
-Basta... Basta... Yo no quise hacerte nada... Todo fue idea del erizo, Sonic... Yo solo quería un poco de dinero...- Susurró el zorro con apenas oxígeno, antes de romperle el cuello en mil pedazos y empezar a azotarlo en el suelo, desfigurándole la cara. Lo único que se escuchaba en la casa eran los leves y casi inaudibles balbuceos del zorro pidiendo que parara mientras yo seguía golpeándolo contra el suelo.
