Diario de un chico invisible (1)

Capítulo 12

~Conversacion~
Erin: Te digo que entre Bruno y yo no hay nada
Aisha: Si si, eso es lo que tu quieres creer
Erin: Eres muy cabezota cuando quieres
Aisha: Lo se. Bueno entonces si a ti no te mola Bruno es porque has conocido a alguien, me equivoco?
Erin: No del todo
Aisha: Lo sabia, como es?
Erin: Em...pues...es alto, rubio y unos ojazos azules que imnotizan con tan solo verlos.
Aisha: Esta bueno?
Erin: Ya te digo
Aisha: Dios, Erin es tu prototipo de chico perfecto.
Erin: Aisha cuando te dije aquello tenía solo 12 años
Aisha: Y desde cuando te importa a ti la edad?
Erin: Desde que nací
Aisha: Mentirosa, bueno cuenta cuenta, os habeis besado?
Erin: Que?! Oh claro que no tía, el jamás se fijaría en alguien como yo.
Aisha: Como estas tan segura?
Erin: Sólo tienes que verme
Aisha: Eres muy guapa, y no me digas que tienes mal cuerpo
Erin: Pero es la verdad
Aisha: Entonces el tiene novia?
Erin: Para nada, esta totalmente disponible
Aisha: Y el problema?
Erin: El no es normal Aisha
Aisha: Como que el no es normal?
Erin: Lo nuestro es imposible, y además a mi el no me gusta
Aisha: Mira eso diselo a otra porque yo no te creo. Solo hay que ver como hablas de un chico, ese brillo en tus ojos, esa voz que pones...se nota cuando estas enamorada.
Erin: Te digo que no, sólo somos amigos
Aisha: No por mucho tiempo, ah y tendrás que presentarmelo
Erin: Si Aisha lo que tu digas, uy se escucha mal creo que se va a cortar.
Pi pi pi
~Fin de la conversación~
Espere unos minutos mas en la puerta y luego entre a la habitación.
-Hola- le dije sobresaltandola- puedo pasar?
-Ya estas dentro- rio- claro pasa
-Con quien hablabas?
-Escuchaste algo?- preguntó nerviosa
-No, pero tienes el móvil en la mano y acabas de colgar.
-Pues...era Aisha, le conte lo de Bruno y que casi incendio toda la casa por culpa de una pizza
Los dos reimos.
-Que te dijo tu padre?
-Pues que nunca mas volviera a cocinar, que el se encargaría de dejarme comida hecha cuando no estuviera.
-Y de las quemaduras?
-Dice que no es nada- me mostró el brazo- la pomada ya va haciendo efecto
-Que bien
-Si...
-Y que te cuentas?
-Yo? Nada nuevo, y tu?
-Que quieres que te cuente, solo tu puedes escucharme y verme
-Cierto
-Mañana tienes examen?
-Si, dos
-Quieres que vaya contigo?- pregunte a pesar de que siempre iba con ella.
-Ni lo preguntes, ya sabes la respuesta
-Bueno, me voy para que descanses-me alce hasta llegar a la puerta
-Puedes quedarte si quieres...- susurro.
Me giré para mirarla. Sus mejillas encendidas del mismo color que su pijama. Se había ruborizado.
-Es decir...yo...- comenzó a hablar al ver que no recibía respuesta alguna.
-Vale, me quedo
Erin me sonrió tímidamente como nunca antes había hecho. Pero no estaba enamorada de mi, eso era imposible, su amiga Aisha estaba totalmente equivocada. Me tumbé a su lado en la cama. Le aparte el pelo de la cara y acaricie su mejilla por largo rato. A continuación baje hasta sus labios y trace una linia imaginaria recorriéndolos. Ella aguantó la respiración ¿Que me estaba pasando? ¿Porque hacia eso? Aparte la mano de sus labios y con mi brazo rodee su esbelta cintura a pesar de que en un rato no volvería a ser visible.
-Buenas noches- dijimos ambos al unísono sonriendo

¡Ring! ¡Ring! ¡Ring!

El estridente y chirriante sonido del despertador nos despertó a ambos y enseguida Erin se incorporo. Por otro lado yo me tape la cabeza con la almohada y continúe durmiendo.
-¡Arriba dormilón!- grito Erin- Te necesitó para los exámenes no lo olvides.
-No lo he olvidado- dije como si fuera lo mas obvio del mundo
Saque mi cabeza de la almohada. Erin estaba en el baño maquillándose un poco enfrente del espejo. Se había vestido con unos shorts muy cortos y apretados azules claritos con un cinturón marrón oscuro y una camiseta gris corta que dejaba ver su ombligo y en la que se podía leer la palabra "Love". Era raro que vistiera así para ir al instituto, y hasta estaba maquillándose un poco, sin nada escesibo claro. Esta chica tramaba algo. Debí de quedarme embobado mirándola de espaldas durante un buen rato porque ella tuvo que percatarse de mi mirada y cerro la puerta. Me encogí de hombros sin querer darle mas vueltas al asunto y me fui a mi cuarto. Me puse unos jeans negros y una camiseta azul oscuro. Revolvi mi pelo y lo deje como a mi me gustaba llevarlo: rebelde. Me daba un toque de chico malo que obviamente no era. Salí de la habitación y fui a la cocina suponiendo que Erin ya habría terminado de prepararse. Estaba preciosa. Sus bucles castaños caían con dulzura sobre sus hombros y el rímel resaltaba con gracia sus pestañas, los labios brillaban y el conjunto que había elegido para ese día resaltaba sus curvas demasiado para poder quitarle los ojos de encima. Me encontré a mi mismo contemplandola de pies a cabeza con una sonrisa de aprobación. Cuando llegue a sus labios vi que estaban curvados hacia arriba con una pequeña sonrisa. Seguí subiendo hasta encontrarme con esos ojos que me mataban por dentro y aparecían en todos mis sueños.
-¿Zumo?- preguntó sacudiendo la cabeza entre divertida y desconcertada.
Asenti sin pronunciar palabra y sin dejar de mirarla.
-¿Asi piensas lograr que Bruno te olvide? Dejame decirte que no va a sacarte los ojos de encima en todo el día.
-No me vestí así por Bruno
-¿Tu y Evan habéis vuelto?- pregunte estupefacto
-No, te dije que Evan ya esta totalmente al margen.
-¿Entonces?
-No puedo vestirme así ¿o que?
-Yo no dije eso, pero nunca te maquillas y siempre vistes con pantalones y camisetas un poco mas largas.
-¿Es eso o te molesta que me miren otros chicos?
No respondí, ni siquiera sabia porque estaba discutiendo con ella ahora. Bebí de un trago mi vaso de zumo y me acerque a ella.
-No me molesta, pero debes saber que tanto yo como Bruno estaremos con los dos ojos fijos en ti las veinticuatro horas del día, y estoy seguro de que no seremos los únicos. Ah y estas guapísima.
Y di media vuelta dejándola totalmente petrificada en el sitio y con la palabra en la boca.