Capitulo 10

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De repente empezó a costarme respirar. Mi vista se nublo poco a poco hasta que solo empecé a distinguir un punto negro. Luego debí de desmayarme porque no recuerdo nada mas.
Cuando desperté, horas mas tarde seguía tirado en el suelo. Unos ojos verdes me miraban preocupados mientras una mano me abanicaba el rostro. Abrí los ojos de golpe y intente incorporarme, gran error ya que sentí que me mareaba y no me quedo otra opción que volver a mi posición inicial.
-No te aconsejo que te levantes tan rápido, el golpe que recibiste en la cabeza debió de ser doloroso, además te desmayaste, que paso?
Volví a recordarlo todo de golpe y una gota fria de sudor cayo desde mi frente hasta el cuello pasando por mi mejilla.
-Esos ojos... El colgante... La niña...el accidente...tu...- hable rápido soltando frases incoherentes y inconexas mientras que Erin seguía abanicando mi rostro con un folleto publicitario.
-Por dios Kaled estas delirando...
-No- negue- estoy bien...creo...es solo que...
-Kaled q te ocurre? No se que te pasa y tu diciendo frases incompletas no me ayudas, descontando por supuesto que no he podido moverte del suelo ya que tu cuerpo no es mas que aire. Puedes hacer el favor de colaborar?- contesto Erin enojada frunciendo el ceño.
Sabia de sobra que no estaba enfadada, pero si asustada y preocupada. Respire ondo dos, tres, cuatro y hasta cinco veces intentando tranquilizarme y Erin debió interpretarlo como que me estaba dando un patatús o algo similar porque sus ojos se humedecieron al instante. Entonces note que sus ojos estaban rojos. Ella había estado llorando antes.
-Hey nena no llores- me incorpore sin importarme siquiera el dolor de cabeza- shh tranquila, estoy bien- acaricie su mejilla con mi pulgar derecho que había hecho visible anteriormente.
-Yo...pensé que tu...cuando te vi ahí tirado en el suelo...no vuelvas ha hacerme esto...por favor- sollozo esta vez ella con frases incoherentes.
-Te lo prometo princesa, lo siento, no se que me paso...me desmaye, eso fue todo- coloque un mechón de su pelo tras su oreja- ya paso pequeña, ya paso...
Acaricie su suave y sedoso cabello intentando tranquilizarla por largo rato. Ella suspiraba de vez en cuando y cerraba sus ojos disfrutando de mi roce.
-Me gusta que hagas eso- murmuro después de un rato
Sonreí y le cogí con suavidad del mentón para que ella alzara su cabeza y nuestros ojos coincidieran durante unos segundos. Necesitaba bucear en sus preciosos ojos. Cuando mis ojos color zafiro y sus ojos color esmeralda se encontraron mis dudas se disiparon. Era ella. Ella era la niña que años atrás salve del accidente. Ella era la niña que debía enamorar para volver a ser visible. Por algo ella era la única que podía verme. Por algo ese colgante me sonaba tanto. Ella lo llevaba el dia del accidente y, ahora que por fin lo recuerdo, también vestía un tutu rosa palo y unas bailarinas de igual color. Todo encajaba. Erin debería de estar regresando de una de sus clases de ballet cuando aquel coche casi la atropella, y, por suerte salio ilesa. Daría mi vida por ella, di mi vida por ella, y si me paro a pensarlo mas detenidamente, volvería a dar mi vida por ella. Eso que acababa de descubrir me unía mas a ella. Era por eso que ambos teníamos tanta confianza el uno del otro. Debería de sentir impotencia, por su culpa soy ahora así, pero no puedo, no la culpo por lo que hizo. Todos alguna vez en nuestra vida cometemos errores y no por ello debería odiarla. Creo que sentí el deber de protegerla desde que me tope con sus ojos por primera vez en el accidente, y sigo sintiendo eso ahora que la volví a encontrar. Estuve ciego, !¿como no pude darme cuenta de que era ella?! Mas de dos meses viviendo en su casa y ahora me doy cuenta de los cuadros del comedor. Soy poco observador lo se. Nuestros ojos seguían conectados hasta que ella estornudo cerrando los ojos y rompiendo el contacto visual. Con su muñeca seco las pocas lágrimas que quedaban por su rostro, tarea de la que me habría podido ocupar yo si ella no hubiese estornudado.
Continuamos de rodillas en el suelo hasta que ella se levantó de golpe sobresaltandome en el acto. No dijo nada aunque estoy seguro de que se dirigió al baño para lavarse la cara con agua fría cosa que yo también necesitaba. Me incorpore rápidamente inconsciente del pitido incesante que se había instalado en mi cabeza y tuve que apoyarme en un sillón para no caer de nuevo al suelo. A duras penas logre llegar al baño de la planta de arriba y entre dentro. Humedeci mi rostro con agua helada y sacudi el pelo del flequillo que se había pegado en mi frente a causa del agua. Poco a poco el dolor de mi cabeza fue desapareciendo y para cuando regrese al comedor ya apenas me molestaba. Al llegar encontré a Erin en uno de los grandes sillones abrazando sus piernas encogidas y con la mirada perdida en un punto fijo. Me aclare sonoramente la garganta antes de hablar.
-Te encuentras mejor?- pregunté poniendome de cuclillas para estar a su altura.
-Eso mismo debería preguntarte yo a ti- sonrió de lado
-Ya veo que tu si, me duele menos la cabeza, fue solo un pequeño susto que no se volverá a repetir.
-¿¡Un pequeño susto?!- abrió sus grandes ojos mirándome fijamente- ¿Tu quieres matarme de un ataque o que?
Sonreí inconscientemente negando con la cabeza.
-Creeme que es lo último que haría
Ella sonrió tímidamente y mi corazón por extrañas razones que no soy capaz de explicar se aceleró. Quizás fue porque el causante de que sus mejillas se sonrojasen de aquella manera tan natural y espontánea que solo ella sabia hacer era yo, o vete tu a saber porque. En esta vida de locos nada tiene sentido.
-Kaled- susurro Erin
-Dime
-Que era aquello que murmurabas antes? Has descubierto algo?
Debería ser sincero? Si lo era probablemente conociendo el fuerte carácter de Erin aquello podría convertirse en la tercera guerra mundial. Oh-oh.

Holiii!! Gracias a @TheNewDay y a @ErickaCorderoGamboa por comentar :) cap dedicado para vosotras.
Besitos: S.L.R

Diario de un chico invisible (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora