Capítulo 55 - I Heard The Ringing On The Telephone

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Capítulo 55 - Escuché el timbre en el teléfono.

Jueves.

Hoy he decidido hablar de las relaciones sociales. La semana pasada tuve que leer un libro que el Sr. Cavanaugh nos dejó y exigió que hablemos de el, pero antes de hablar de relaciones sociales, quiero dejarle un mensaje a este profesor, aunque sé que nunca lo leerá.

Estimado Señor Cavanaugh.

Su gusto por los libros y textos es similar al de su novia, la Srta. Hastings. No. No digo que tengan buen gusto, es todo lo contrario. Su gusto por la literatura es similar al gusto de Camila por el cine. Quiero decir, es malo. Ustedes solo eligen cosas que agitan la intimidad inquietante del ser humano, pero que estaba tranquilo!!!! Si algo está tranquilo, se lo ruego, ¡no lo haga despertar! Su novia tuvo una guerra mental de sentimientos en mi, Camila me hace dormir con malas peliculas y usted me hace pensar en mis relaciones humanas!!!

¡Lo que quiero decir, maldito y increíble profesor, es que no necesito pensar más de lo que ya hace mi jodida cabeza!

PD: Su novia tiene la culpa y la gloria de haberme puesto aquí.

Con toda agradecida ingratitud,

Lauren Jauregui.

Ahora, volviendo a ese libro, permítanme citar aquí una de las partes que encontré más ofensivas para mi interior:

"La intimidad requiere coraje porque el riesgo es inevitable. No es posible saber, de entrada, cómo nos afectará la relación. ¿Crecerá, transformándose en autorrealización, o nos destruirá? Lo único seguro es que, si nos entregamos totalmente, para bien o para mal, no saldremos ilesos."

Apuesto a que incluso sentiste un hormigueo muy dentro de ti. Sí. En lo más profundo de tus sentimientos y emociones. Este es el problema del ser humano: saber que se siente y querer no sentir; tener noción y conciencia, pero deseando no tenerla.

A veces desearía poder ser una mariposa solo para no tener conciencia, pero si fuera una mariposa no querría nada. Aunque… las mariposas deben tener otro tipo de conciencia, otra distinta.

Por eso lo único que puedo hacer es aceptar que tenemos esta noción y aprender a lidiar con ella para no sufrir demasiado, pero recuerda siempre que las relaciones humanas te acarician y te apedrean al mismo tiempo.

—¿Qué piensas de que hagamos algo diferente hoy? —Pregunté tirando mi cuerpo sobre el de ella, enterrando mi rostro en su cuello y aspirando mi perfume favorito, aunque no siempre usaba el mismo, pero era suyo y estaba en ella.

Era solo otra tarde que llegamos temprano de nuestras clases. De hecho llegué antes que Camila, ya que estábamos en la recta final de otro semestre.

—Traté de hacer eso, Lauren. —Ella gimió, acariciando mi cabello.

Al enterarme de esto, resoplé y perdí algo de mi paciencia.

Camila estaba un poco aburrida esa tarde. Mi liberación mensual de óvulos inservibles por mi aparato reproductor femenino había llegado y Camila, impaciente como está, se molestó alegando que hice todo según lo planeado, que no estaba dispuesta a cumplir lo que prometí cuando estuvimos en Miami y que si quería terminar con ella, debería hablar pronto.

Hasta este punto supe cómo tratar y logré calmarla. Entonces Camila comenzó a quejarse de su sobrepeso, que su piel no era lo suficientemente buena y que su cabello necesitaba un corte moderno.

—No necesitas nada de eso… —Dije con toda la sinceridad en mí.

—¡Claro! ¿Por qué querrías verme hermosa? Ya no te sirvo, ¿verdad? —Habló con un dolor innecesario.

Parece más fácil en las películasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora