Capítulo 46 - Gunslinger

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Capítulo 46 - Pistolera / tiradora.

Sábado.

¿Conoces el sentimiento de cuando todo puede salir bien, pero por ironía y la voluntad del universo sale mal? ¿Cuando todo va tan bien que te olvidas de que hay una parte mala de la vida? Yo estaba así.

Estaba.

Sábado. 418 días desde que Camila me habló por primera vez. Camila hace exactamente 4 días que no me habla y yo no le hablo. Sí. Peleamos, peleamos muy mal el miércoles —y unos días antes— y ahora les cuento cómo fue todo. Te lo contaré en los más mínimos detalles para que al final de esta historia entiendas y te des cuenta que yo no tuve la culpa... No del todo.

Todo comenzó la noche del martes al miércoles. Camila y yo estábamos acostadas en mi cama, hablando del día que tuvimos.

—Y entonces pude entender todo lo que dijo sobre este caso. —Estaba explicando sobre un tema que había aprendido.

—Ajá... —Dije mirando al techo.

—El secreto es ponerse en el lugar de los que actúan así.

Me estaba explicando el secreto para entender la mente humana, eso realmente no me importaba, pero si ella era la que hablaba, bien.

—Ya sabes, es muy fácil juzgar, pero nadie se pone en el lugar del acusado. ¡Hay una razón para todo!

Di una risa ligera y fruncí el ceño.

—Novia, ¿no me digas que ahora defiendes asesinos psicópatas? —Pregunté tirando una pierna sobre la de ella y volviéndome hacia ella.

Estábamos acostadas en su cama. Camila con la barriga hacia arriba y yo de lado.

—Noooo... —Ella agitó una mano en el aire. —Estoy actuando impersonalmente. Sin juicio.

Camila siguió tratando de explicármelo hasta que su celular alertó un nuevo mensaje. Cogió el teléfono, lo desbloqueó y lo giró para que no lo viera. No le presté atención y continué escuchándola hablar, ahora sobre conocer a la novia y amiga de Blake.

—Ambas son realmente agradables... —Frunció el ceño mientras leía algo en su teléfono celular. —Y luego le dije que saliéramos en algún momento...

—Si. —Asentí, encontrando extraño que Camila escribiera algo como si dudara. —¿Quién te envió un mensaje de texto? Pregunté, incapaz de ocultar mi curiosidad.

—Ah... —Bloqueó el dispositivo y lo arrojó sobre el colchón. —Fue una compañera.

—Hmm... —No conozco a los compañeros de clase de Camila. —¿Qué compañera?

—Una de allí... —Habló con naturalidad. —Le pedí prestado un libro y me dijo que lo traería mañana...

—Ah, ok. Es solo que no me lo dijiste... Pero está bien.

—Debo haberlo olvidado. Pero estabas hablando de un trabajo, ¿no?

¿Soy yo o Camila cambió de tema? Por el momento solo parecía una impresión, sí. Así que dejé el asunto en paz.

—No. Estábamos hablando de tu compañera.

—Pero ella ni siquiera es importante. —Quiero saber sobre tu trabajo.

—Oh. Así que tendré que investigar un poco, probablemente en la biblioteca. Veronica debe ir conmigo...

Y ese día no pasó nada raro más que Camila tomó su celular exactamente 4 veces y miró sospechosamente para leer algo.

Parece más fácil en las películasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora