Parece más fácil en las películas

Capítulo 48 - Since That Clocks First Tick

Capítulo 48: Desde que los relojes marcan el primer tictac.

Sábado.

No sé cuál es el problema del universo, pero hay algo muy malo que hizo: ponernos a los cinco a nacer en fechas cercanas. Apenas respiro y ya empezamos el año con el cumpleaños de Camila, respiro un poco y luego tenemos el cumpleaños de Normani. Pienso por un momento y me ataca el cumpleaños de Dinah. Tengo algo de tiempo de paz y me sale un auto bombardeo.

Puede que haya pasado un año, pero en mi mente los cumpleaños siguen siendo fechas que no deberían celebrarse.

Un año más es un año menos.

Así que esta mañana decidí celebrar mi cumpleaños a mi manera.

—¿A dónde vas? —Escuché la voz de Dinah llamándome.

—Voy a la terraza. —Advertí.

Me había levantado temprano, como de costumbre. Pero en lugar de tirarme en el sofá y ver la televisión hasta que Camila se despierte o se vaya a Columbia, preferí hacer lo que hacía mucho tiempo que no hacía. Meditar. Reflexionar. Pensar. Y si tengo suerte, podría ser capaz de concluir algo.

—¿Qué vas a hacer allí a esta hora? —Preguntó Dinah.

¿No me desearía un feliz cumpleaños?

—Reflexionar, Jane. —dije malhumorada. ¿Cómo se atreve a olvidarse de mi cumpleaños?

—Genial. Me voy a volver a dormir, me desperté solo para tomar un poco de agua. —Dijo Dinah, caminando por el pasillo, despreocupadamente.

—¿Sabes qué día es hoy? —Pregunté poniendo mi mano en el pomo de la puerta.

—¿Sábado?

—Olvídalo… —Resoplé, abriendo la puerta.

—¡Oye! —me llamó, haciéndome detenerme y girarme para mirarla. —¡Ya sé! —Dinah dijo acercándose a mí y envolviéndome en sus brazos. —¡Es tu cumpleaños! ¡Feliz cumpleaños, Enojona!

—Gracias. —Dije apartándola de mí, pero por dentro estaba sonriendo.

—Ahora, en serio. ¿Qué vas a hacer en la terraza a esta hora?

—Celebrar mi cumpleaños.

—Me pregunto como incluso ha pasado un año, ¿sigues siendo rara? — preguntó haciendo una mueca.

—Jane, los días son días. Pasan los días, pero seguimos adelante. Incluso cuando morimos, nos quedamos en el tiempo, no en los días. Ellos son ellos siempre. —Terminé de hablar y pude ver a Dinah simular un bostezo.

—¡UPS! —Abrió los ojos, riéndose. —Creo que tu charla aburrida me puso a dormir.

Puse los ojos en blanco y me dirigí a la puerta. Subí las escaleras, pero nunca había estado allí antes, solo se lo mencioné una vez a Caleb y dijo que no había nada especial allí. Que era una terraza como cualquier terraza y hasta hoy, no había tenido ningún interés.

Empujé la gran puerta con cierta dificultad, pero tan pronto como sentí que la luz del sol de una mañana recién nacida me tocaba, sonreí.

Me estaba haciendo mayor y sinceramente, creo que lidiar con la edad ya comienza a ser difícil cuando comienzas a ser consciente de tu vejez.

Es triste.

Es normal.

Somos nosotros.

Extendí la toalla que había traído conmigo en el suelo y me senté, cruzando las piernas en posición de loto. Suspiré, satisfecha con el entorno y arreglé mi columna, enderezándola. Me aclaré la garganta y cerré los ojos.