Cruzada y dos miradas • [Carrera x vos]

xii - fuego

  Esa madrugada no fué fácil para ninguno. Ni para Rodrigo, ni para Iván, ni para Reneé. Cada uno tenía en su cabeza un millón de problemas, no dejaban de maquinar todo lo que había pasado y la culpa consumía a cada uno sin dar una mínima tregua. Los tres streamers no durmieron esa noche, pero claro, ninguno lo sabía. 

  Rodrigo no dejaba de darle vueltas al puñetazo que le encajó su mejor amigo, nunca pensó que sería capaz de golpearlo. Y está bien, yo me la mandé solo, pensaba el pibe, porque el que había causado que Spreen perdiera los estribos había sido él mismo por decirle todas esas cosas hirientes. Pero eran la verdad, ¿no? Y la verdad duele, supongo... Y además de eso, la imagen de Reneé sentada sobre sus piernas mientras se devoraban no abandonaba su mente, apenas se distraía la figura de la chabona regresaba a su cabeza, una y otra vez; una y otra vez. En definitiva, concluyó, iba a perderse en esa mujer sin poder hacer nada al respecto, la piba Buhajeruk era todo lo que buscaba y aún más, ese beso hasta se lo había confirmado. 

  Iván estaba entre el mambo con Rodri y el quilombo con su hermana; siendo lo segundo lo más problemático. Reneé estaba medio enojada al principio por el comportamiento de su hermano, cosa que rápido se le fué de la cabeza, luego estaba la tremenda herida en la mano por los vidrios y al final los cortes de la navaja mariposa. Esas malditas autolesiones eran como la gripe, apenas se iban regresaban a por más. Los dos Buhajeruk se quedaron hasta que el sol amenazaba con salir hablando, arreglándose de a poco, porque la simple palabra perdón no hacía nada si solo se decía; había que dejar en claro muchas cosas, desde no volver a caer en los cortes hasta ese nuevo problemita que tenía nombre y apellido: Rodrigo Carrera. Las cosas no fueron fáciles de aclarar, obviamente, porque el carácter celoso y cauteloso del pibe chocaban con la enorme indecisión e indisposición de la chica cuando intentaban poner sobre la mesa lo que pasaba entre Reneé y Rodrigo; era como si Buha buscara evitar a toda costa hablar del ojiverde, apenas su hermano lo nombraba automáticamente se ponía a la defensiva, y era imposible hablar con ella cuando estaba así. 

  Reneé por su parte no se sacaba de la cabeza al pibe. Sí, ningún momento daba como para delirar con el chabón que le había comido toda la boca, pero cuando no pensaba en Ro estaba concentrada en el enojo de su hermano que él intentaba esconder a toda costa. Si existiera una forma de no pensar, Reneé la hubiera puesto en práctica, porque su cabeza no dejaba de repetir una y otra vez la sensación gloriosa de los labios suaves del streamer contra los suyos; esa embriaguez característica del deseo la sacudía cada vez que cerraba los ojos, porque el recuerdo de Rodrigo riendo entre beso y beso era fuego en su mente. ¿Lo deseaba o estaba enamorada? Quizás las dos cosas.

- Mierda, Rodrigo hijo de puta, salí de mi cabeza... - susurró la streamer. El reloj marcaba las ocho menos cuarto de la mañana, y todavía no podía dormirse recordando al petiso.

- 2 semanas después -

- No creo prender stream pasado mañana. Tengo unos mambos que resolver, yyy voy a estar ocupado con otras cosas...

chat - ya es la tercera vez que cancelás stream en estas semanas

chat- que te pasa carru?

chat - estás raro carre

chat - estás bien?

- No se hagan problema, está todo bien, tranca. Tengo unas cositas que preparar y ando medio ocupado; tengo la cabeza en la mierda si les soy sincero pero quedensen tranqui, estoy bien. No se preocupen, chat, 'ta todo piola...

  El chat no se conformó esa vez con la respuesta. En definitiva, Rodrigo andaba raro desde hacía algo así como dos semanas, ¿algo decaído? Era difícil determinar cómo estaba. En esos días hizo un si me rio regalo sub, pero al principio estaba tan serio que terminó fingiendo las risas, para que los espectadores no sospecharan. Veía los memes que le pasaban por Discord mientras pensaba en la petisa del pelo desordenado que le alborotaba la mente, la extrañaba y se sentía como un idiota porque tampoco había pasado tanto tiempo como para extrañarla. Al final regaló seis subs a lo random, porque ninguno de los memes lo había hecho reír de verdad.