14. Compromiso

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Bruno y yo nos quedamos en silencio por unos minutos intentando procesar lo que había ocurrido.

-Cúbrete la cara... no debemos dejar que nos reconozcan.

-Murió por nuestra culpa- Bruno estaba en shock y su cuerpo temblaba-. La matamos... Hades la matamos.

Lo tomé de los hombros y lo sacudí tratando de que me mirará -Maldición Bruno reacciona.

-Está muerta...y todo es por nuestra culpa- cubrí su boca de al escuchar unos pasos.

-Se están aquí salgan ahora mismo déjenme ayudarlos.

-Queda aquí y no salgas a menos que te lo diga- dije en voz baja asegurándome de que me había entendido al salir del cubículo del baño confronte Marcos- ¿Por qué debería creerte?

-Nunca podría en peligro la vida de Bruno- aseguró mirándome fijamente a los ojos.

- ¿Por qué estas metido en esto? – pregunte molesto.

-No tengo porque darte explicaciones ahora debemos irnos los están buscando y no es seguro estar aquí y por nada del mundo dejes que ellos sepan que sabes ciertas cosas- pasó por mi lado y entro al baño y tomó la muñeca de bruno-. Vámonos mi auto está cerca.

-La chica murió- murmuró.

-Tarde o temprano moriría a ellos no les gusta dejar testigos.

- ¿Desde cuando tienes la sangre tan fría? - pregunté, pero fui ignorado.

No dijimos nada más Marcos nos ayudó a salir con ayuda de sus hombros. Tenía tantas preguntas que hacerle, pero sabía que no me respondería ni una de mis preguntas.

Marcos

-Detén el auto siento que no puedo respirar... no puedo dejar de escuchar aquel disparo- toma su cabeza y la mueve de un lado al otro con desesperación.

-Bruno... ya déjalo así.

-No me hables como si fueras mi amigo.

Sus palabras me dolieron, pero entendía su trato hacia mí.

-Deja de actuar como un niño- dije, con dureza.

-No deberíamos confiar en ti... estas del lado de los malos- me tomo del cuello- ¿Por qué nos estas ayudando?

-Sabes muy bien porque los ayudo.

-Qué tal si me dejan aquí- Bruno me soltó y miró a Hades- Eh, el departamento de Heily está cerca.

Me crucé de brazos -Si es lo que quieres adelante bájate.

-Yo también me quedo.

- ¡No! - dijimos Hades y yo al mismo tiempo.

Bueno nos quedó viendo desconcertado.

-Confió en que Marcos te lleve de regreso a casa.

Acaso este idiota engreído me estaba ayudando.

Alce mis cejas con seguridad –Te aseguro que lo llevare de regreso a casa.

-Si no tengo otra opción no puedo negarme.

Al quedarnos solos le di la orden a mi chofer de que nos llevara a mi departamento y a pesar de no hablar me sentía feliz por tenerlo cerca, aunque sea por un momento. Lo había extrañado tanto; en todo este tiempo me di cuenta que sin él el mundo se vuelve aburrido, gris y sin gracia. Mi mundo brilla cuando el sonríe, cuando hace sus berrinches, en cada salida juntos o me pide que le compre cosas porque todo cobra un sentido diferente.

-Yo no vivo aquí.

Pronto vivirás aquí.

-Tu no, pero yo si- respondí, saliendo del auto.

UN DÍA DE OTOÑO  (en proceso )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora