15.Amor

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Eros

-No es hermoso al fin se llegó se día de inauguración.

-Lamento que tuvieras que renunciar a todo por mi culpa- digo, sin poder mirarla.

Ella me toma de las mejillas con sus dos pequeñas y nos quedamos mirando fijamente.

-No necesito una vida de lujos para ser feliz... Eros soy feliz porque estamos juntos.

Sonríe- Gracias, Bae.

-Me acompañas hacer una última revisión.

Asiento.

Los últimos meses Bae y yo nos dedicamos a crear nuestro propio emprendimiento y que mejor que algo que nos guste a los dos. Ambos creamos una librería y cafetería donde las personas puedan ir a relajarse mientras lee tranquilamente un libro y bebe coffee. Decidimos llamarle "Librería Otoño" porque el otoño es un nuevo comienzo, las hojas viejas de los arboles caen y permiten que las nuevas hojas salgan. Con Bae y yo estamos dejando nuestra vida atrás para comenzar de nuevo.

-Amor, ¿Qué piensas?

- ¿He?

-Qué te parece la decoración... debería dejarlo así o las muevo. Creo que encargare más flores, pero así algún cliente es alérgico no debería ponerlas... serán mejor las de plásticos o deberías ponerlas en algunas secciones.

-Bae- la abrazo por detrás-. Todo está perfecto.

Ella suspira- ¿De verdad lo crees?

-Si señorita perfeccionista.

-Es hora amor- dijo con nervosismo.

-Nos ira bien- sonreí-. Ambos somos tan apuestos que las chicas no dejaran ni un asiento disponible.

Bae me alejó y me miró con seriedad- Estas diciendo que las chicas no vendrán a leer si no a mirar tu hermoso rostro.

-Mira el lado positivo.

-Da igual.

Al abrir la librería no pensamos que vendría tantas personas, bueno su gran mayoría eran mujeres y el centro de tención era yo, muchas de las chicas que me pedían que las atendieran y no dejaban de mirarme o sonreírme tímidamente. Claro yo ya estaba acostumbrado, pero no era algo que me agrada. Sin dudas tarde o temprano tendríamos que contratar a una ayudante. Por otro lado, Bae me daba miradas matadoras y solo podía sonreír torpemente. En el poco tiempo que llevábamos aquí nos habíamos hecho populares y es que era un pequeño pueblo, pero muy bonito y popular tranquilo para vivir.

Muchos llegaron a pensar que éramos hermanos y por lógica que mis padres también eran los padres de mi Bae, pero no rápidamente me acabé ese rumor y les dije que éramos una pareja de recién casados queriendo formar un hogar. Claramente muchas de las mujeres acabaron con el corazón roto, pero también logre alejar a quienes le tiraban ojos a mi Bae.

Los días transcurrían y éramos inmensamente feliz mis padres habían rentado un departamento aparte a pesar de que le dijimos que no era necesario ellos dijeron que necesitaban privacidad y también pusieron una pequeña floristería y les iba muy bien, habíamos contratado a dos personas ya que en ocasiones quería escaparme con Bae y e ir algún lugar a disfrutar. Ya que había notado que mi Bae se veía cabizbaja y a pesar que ella no quería darlo a notar yo podía leer fácilmente la expresión de su rostro cuando veía a través de la ventada en cada atardecer.

Era fin de semana y fuimos quisimos ir a dar a caminar a la playa. Ella se sentó y enterró sus pies en la arena mientras disfrutaba la brisa del mar, yo por otro me alejé por un momento. Mi padre me conto que cuando le iba a pedir matrimonio a mi madre tomó una pequeña flor blanca y la convirtió en anillo para ella. Mi madre siempre a sido una mujer sencilla y ama las flores, cuando vio que mi padre le entregaba aquel anillo hecho por aquella flor inmediatamente dijo que sí. Claro mi padre después le hizo hacer un anillo de boda, pero la diferencia es que el anillo era igual que la flor.

UN DÍA DE OTOÑO  (en proceso )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora