ᴅᴇᴀᴅ

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El día era lluvioso, nublado y gris

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El día era lluvioso, nublado y gris. Parecía haberse puesto de acuerdo con mis sentimientos, aunque ni siquiera yo misma era capaz de entender cómo me sentía.

Me habían arrebatado al amor de mi vida.

L había muerto.

Solo estaba ahí, parada sobre el pasto mojado, sosteniendo mi paragüas negro, observando la lápida frente a mí. No podía siquiera procesar todo lo que había pasado en tan poco tiempo.

Hacía un rato que la lluvia se había detenido, pero no me interesaba. Mis zapatos negros estaban manchados con un poco de lodo en la suela, pero no le prestaba atención.

No había nadie más, solo estaba yo. No sabía qué hora era y mucho menos me importaba, solo estaba ahí, recordando todos los momentos que había compartido con mi novio.

Y el recuerdo que más fresco tenía, era justo el último instante de su vida.

Un rayo cayó en una de las antenas principales. De pronto toda la energía parecía haberse esfumado, en su lugar, luces rojas alumbraban la habitación en la que nos encontrábamos y sonaba un pitido constante.

—¿Qué sucede? ¿Un apagón? —la voz de Matsuda sonó a mi lado.

L estaba sentado en su silla, su rostro estaba serio y mantenía la vista al frente sobre la gran pantalla donde esperaba alguna respuesta.

—¿Watari? —habló L. —¿Watari?

El mencionado no respondía y eso empezaba a preocuparme. La tensión aumentaba cada segundo, me estaba poniendo los nervios de punta, tanto así que empecé a morderme las uñas por nerviosismo.

"Eliminando todos los datos" apareció en cada uno de los monitores.

Eso no podía ser bueno.

—¿Qué está pasando? —Aizawa se unió desesperado.

Todos los miembros del equipo parecían desconcertados y preocupados; nadie entendía lo que estaba pasando.

—Le dije a Watari que borrara toda la información en caso de que algo le sucediera —explicó L.

—¿Podría ser-? —dijo Matsuda.

—¿Dónde está la shinigami? —preguntó L con un tono de voz distinto, el cual reconocí al instante. Lo utilizaba cuando hacía un nuevo descubrimiento. Aunque estaba mezclado con un toque de preocupación.

—Buena pregunta, no la veo —respondió el señor Yagami.

—¡¿Qué está ocurriendo?! —pregunté asustada. —¿L?

𝐋 𝐋𝐚𝐰𝐥𝐢𝐞𝐭 | 𝐎𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora