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Nota: en este one shot no existe la death note, por lo tanto tampoco existe kira y todos son felices como debió ser.
Nunca había sido una persona puntual y ciertamente el día de mi boda no iba a ser la excepción.
A pesar de las insistencias de mi amiga Misa para que durmiera temprano, no pude hacerlo. Había estado toda la noche sin poder pegar un ojo, estaba hecha un manojo de nervios.
Mi boda con L era lo que más había ansiado en estos 3 años que trabajé a su lado.
Mientras seguía recostada, mi vista se fijó en el techo, pensando en lo que estaba a punto de hacer. Iba a casarme. Sonreí de solo pensarlo.
Me levanté de la cama —tarde, como siempre— y enseguida me metí a bañar, mientras dejaba que el agua tibia relajara mi cuerpo, mi mente no podía parar de recordar todos los momentos que nos habían llevado hasta este día.
Como aquel día que lo conocí.
Entré caminando a aquel enorme edificio, estaba un tanto nerviosa. En la planta baja la recepcionista me otorgó el acceso para subir al último piso en el acensor.
Sostuve firmemente mi bolso y suspiré en un intento de tranquilizarme. Después entré a la oficina lista para la entrevista de trabajo.
Había llegado temprano, lo cual era muy extraño en mí.
—Buenas tardes, ¿es usted el señor Quillsh Wammy? —pregunté a un hombre mayor mientras me adentraba.
—Sí, así es, usted debe ser la señorita Giselle Misora, ¿cierto?
Asentí y nos dimos un apretón de manos.
—Un placer —repliqué.
—Tome asiento por favor.
Agradecí y me senté. El señor canoso se acomodó detrás del escritorio.
—En unos momentos nos acompañará el joven Ryuzaki.
Asentí nuevamente.
—Bien, mientras podemos ir viendo algunos aspectos generales. Después de todo, el joven es quien que tomará la desición final.
—Entiendo.
—Según su currículum, estudió en la Universidad de To-Oh, ¿correcto?
—Sí, así es.
—También menciona que trabajó un tiempo en el FBI —levantó las cejas con sorpresa. —Bastante impresionante.
Sonreí por el cumplido.
El hombre echó un pequeño vistazo a las demás hojas, leyendo aspectos generales sobre mí, y al finalizar las acomodó golpeándolas contra el escritorio.
