𝐋 𝐋𝐚𝐰𝐥𝐢𝐞𝐭 | 𝐎𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬

ᴘʀᴇɢɴᴀɴᴛ

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—¿Cuánto tienes de retraso? —preguntó Misa desde el otro lado de la línea.

Mordí mi labio inferior con nerviosismo antes de responder. Mis manos estaban tan sudorosas que pensé que mi teléfono se caería de mis manos.

Seguía caminando en círculos dentro del baño de mi habitación, en el que llevaba encerrada un buen rato.

—Dos semanas.

El sonido de sorpresa con el que replicó mi amiga solo hizo que me preocupara más.

—¡Tienes que hacerte la prueba!

—Tengo miedo, Misa —lloriqueé.

—¿Quieres que te acompañe?

Me detuve un segundo a pensarlo. No parecía una mala idea, pero no me convencía del todo.

Tal vez era el hecho de que Misa no sabía guardar secretos, por lo tanto, me la imaginé contándole a todo el equipo sobre mi "posible embarazo". Sé que no lo haría con una mala intención, pero seguro se le terminaría escapando.

Así que, aunque agradecía mucho su apoyo, definitivamente prefería hacer esto por mi cuenta.

—No te preocupes, estaré bien.

—¿Segura? —insistió.

—Sí.

—Llámame en cuanto tengas los resultados.

—Mjm —dije insegura y procedí a morder mis uñas.

—Giselle... —sonaba como si estuviera indecisa de continuar.

—¿Si?

—Aquí estoy para ti, cualquier cosa que necesites dímelo.

Esbocé media sonrisa.

A pesar de todo seguía siendo muy buena amiga. Estaba en las buenas y en las malas.

—Te quiero —dije tratando de no llorar. Estaba muy sentimental.

—Yo más.

Me despegué del celular y toqué la pantalla para colgar.

Me acerqué al lavamanos aventando mi teléfono sin mucho cuidado. Abrí la llave y junté agua con mis manos para mojarme el rostro. Después me quedé analizando mi figura en el espejo, veía cómo caían las gotas de agua de mi rostro y al mismo tiempo como se formaban lágrimas en mis ojos.

Había una probabilidad de que estuviera embarazada.

Estaba jodidamente asustada.

—Tranquilízate Giselle, todo va a estar bien —hablé para mí misma.