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Nota: este one shot es continuación del anterior, así que les recomiendo leer el otro primero para una mejor experiencia. Además, está narrado desde la perspectiva de L.
Después de nochebuena, había pasado varios días pensando en Giselle. Específicamente en ese último contacto cercano que tuvimos, cuando su cabeza se recostó sobre mi hombro y después nos tomamos de las manos. No me molestó en lo absoluto, por el contrario, tuve una placentera sensación de tranquilidad.
—Watari, necesito un consejo.
Mi mayordomo sonrió y tomó asiento junto a mí esperando atento a lo que iba a decir.
—Dime.
—Es sobre... ese sentimiento... extraño.
Su entrecejo se frunció un poco.
—¿A qué te refieres Ryuzaki?
Suspiré.
«¿Por qué era tan difícil decirlo?».
—Me refiero a ese sentimiento que surge cuando una persona se siente atraída por otra.
—¿Solo atraída?
—No, bueno, también siente más cosas.
—¿Como qué cosas?
—Mmm... sí —pensé en otros efectos que podrían describir la situación y traté de explicarlos. —Por ejemplo, su temperatura corporal se eleva y su ritmo cardíaco se altera al estar cerca de esa persona.
—Oh, creo que ya estoy entendiendo. ¿Qué otra sensación se te ocurre para describirlo? —preguntó interesado.
—No lo sé, es complicado. Es como si mis sentidos dejaran de funcionar con su presencia. Me desconcentro fácilmente y solo puedo pensar en ella.
Watari sonrió de nuevo al escuchar que esta vez había hablado en primera persona. Me había delatado.
—Te refieres al amor, ¿tal vez?
¿Amor? ¿Qué es el amor en realidad? Es difícil para mí, comprendo las diversas definiciones que existen, pero experimentarlo es completamente distinto.
—Eh... creo que sí —dije dudoso. —Nunca había experimentado una sensación similar.
—Entiendo. Pero, ¿a qué viene todo esto?
—Quiero que me des un consejo sobre amor.
Watari rio ocasionando que la vergüenza se apoderara de mí. —Nunca creí que te escucharía decir esa frase.
—Oh, vamos, no te burles —agaché mi rostro ocultándolo entre mis rodillas flexionadas.
