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𝐍𝐚𝐮𝐬𝐞𝐚𝐬

Si alguien le preguntara a Mycroft que es lo que más odia del embarazo diría que desprecia dos cosas, los cambios drásticos de humor y las nauseas, para bien o para mal nadie le pregunta, porque eso significa iniciar una guerra que no se puede ganar.

Tiene 5 meses de embarazo, no ha dejado de trabajar aún, pero tiene permiso para entrar mucho más tarde de lo que acostumbra, también Greg, sin embargo no puede disfrutar de ese tiempo porque todos los días se levanta con el ácido del estómago en la garganta y no soporta ningún olor fuerte. Greg es buen esposo y es algo que entiende mejor que nadie, así que todas las noches sin importar que tan cansado esté se baña para eliminar los rastros de su colonia en su piel, se viste con una pijama de seda, envuelve su ropa en bolsas especiales, luego la saca de la habitación y la deja en el cuarto de lavado, es una rutina que ha hecho desde que las náuseas de su esposo se volvieron delicadas. Mycroft incluso ha bajado un poco de peso en lugar de subirlo como supone Lestrade que debe ser, pero su médico ha dicho que eso a veces sucede y no debe alarmarse, así que le da a Holmes medicamento para el vomito aunque en realidad no sirve de mucho. Afortunadamente este síntoma no dura todo el día y se presenta solo en las mañanas entre las 08:00 am y 09:00 am. A Greg le causa un poco de gracia que incluso algo tan banal como las náuseas tengan un horario en la vida de su pareja, pero no es cosa que deba mencionarle si es que quiere seguir durmiendo en su cama.

Son las siete en punto y Mycroft ya está despierto con las manos acariciando su vientre que sobresale y mirando el techo de su habitación, reflexionando de nuevo porque diablos puso un candelabro en su cuarto, piensa que tal vez deba quitarlo está semana. Media hora después Greg se mueve en la cama y observa cómo su esposo solo está ahí acostado, esperando que las náuseas lo ataquen y lo dejen indefenso, algo en su pecho duele de solo pensar en lo molesto e incómodo que debe ser eso, quiere aliviar el malestar de Mycroft a como de lugar aun si no puede.

—Buenos días amor

—Buenos días Greg —Dice Holmes sin despegar sus ojos del candelabro

—¿Te sientes bien?

—Si

Greg sabe que no es uno de los días en los que su amor quiera platicar así que lo deja en paz y solo toma su mano y la acaricia con consuelo. Cuarenta minutos de silencio después Mycroft se levanta de la cama y corre al baño en donde espera a las arcadas y deja salir todo, Greg lo sigue sin poder hacer nada pero nunca se va de su lado, acaricia su espalda y su cabello mientras dice palabras tranquilizadoras. Se lavan los dientes, se bañan y se cambian juntos luego bajan a la sala y esperan a que sean las nueve para comprobar que las náuseas se han ido por completo, luego entran a la cocina y Greg intenta hacer el desayuno sin combinar olores extraños o inundar el ambiente con alguno que sea muy desagradable, algunos minutos después le da a Mycroft un plato hondo con fruta picada, dos hotcakes de avena y un pequeño vaso de jugo de naranja.

—Muchas Gracias Gregory

—No hay de que amor

—¿Te molesta hacer todo esto solo por mi?

—¿A qué te refieres cariño?

—Lo de tu ropa en bolsas, cuidarme constantemente o lo del desayuno

—Por supuesto que no Myc, no me molesta hacer nada por ti, lo hago porque te amo

—También te amo

—No sabes lo feliz que me hace escuchar eso

—Estamos casados desde hace 4 años

—Pero siempre que me dices algo así mi corazón late rápido y me emociono, tiene ese efecto en mi

Mycroft se sonroja y come un poco de fruta.

—No me gusta el candelabro del cuarto

—Oh ¿Enserio? Lo mandaste a poner hace un mes

—Hace un mes era lindo ahora ya no

—Bueno, llamaré a alguien para que lo quite

—Si, eso me gustaría

Ambos desayunan compartiendo algunas palabras, señal de que el pelirrojo se siente mejor de lo que se sentía hace una hora.

—¿Greg?

—¿Si?

—¿Tú me amas?

—Con todo mi corazón

Mycroft sonríe complacido y juguetea con su comida partiéndola en pedacitos.

—¿Greg?

—¿Si?

—¿Me amas aún si te despierto todas las mañanas para que acompañes al baño? ¿Aún si te obligo a hacer cosas antes de dormir aunque ya tengas sueño? ¿Aún si ahora no puedes desayunar carne porque el olor me da asco?

—Claro que si Myc, y en realidad estoy feliz de poder ayudar con tus síntomas, haría cualquier cosa para que estuvieras cómodo

Greg se levanta de su asiento y da unos pasos hasta Mycroft solo para besarlo y acariciar su estómago, masajeando un poco.

—¿Sucede algo para que preguntes cosas así?

—No, solo quería saber

—Bueno, ahora sabes cariño

Holmes dejó de vomitar apenas entró en el sexto mes y no podría estar más feliz porque ahora puede abrazar a Greg y acariciar su cabello que huele a coco, puede dormir un poco más y cenar como se lo merece sin miedo a expulsarlo todo al día siguiente.

Agosto M-preg (Mystrade)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora