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𝐂𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚𝐜𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬

Mientras Mycroft está sentado en el sillón de Sherlock en Baker Street jugando un poco con Rosi, Greg no puede evitar mirarlo con adoración desde la cocina donde trata de ayudar a John a preparar un poco de té, la delicadeza con la que su esposo acaricia el cabello rubio de la niña le hacen confirmar lo buen padre que será para su hijo en camino. Greg regresa a dónde Mycroft con una taza de porcelana con té caliente que le entrega, luego toma a Rosi entre sus brazos y se sienta a lado de su esposo dándole un beso en la mejilla, John los mira con una sonrisa amable, conversan un poco sobre asuntos triviales, cotidianos y domésticos. Sherlock aparece luego de algunos minutos bajando las escaleras vestido con una pijama que de hecho ha usado todo el día, luce cansado y más molesto de lo normal.

—Mycroft

—Hola querido hermano

—¿Qué quieres ahora?

— Únicamente deseaba comprobar tu estado de salud. El doctor Watson dice que te estás recuperando de forma correcta

—Solo fue una herida de bala voy a estar bien

—Eso es exactamente lo que me preocupa. No me parece correcto que arriesgues tu salud de esa forma

—Nunca te parece correcto nada de lo que hago

—Bueno tal vez sea por... —La voz de Mycroft se corta abruptamente y su mano viaja instintivamente hasta la parte baja de su vientre, luego deja salir el aire que estaba conteniendo en forma de jadeo

—¿Myc? Cariño ¿Qué pasa? —Greg comienza a ponerse nervioso y se levanta aún cargando a Rosi —¿Amor?

—Greg amigo, será mejor que le des un poco de espacio. Mycroft ¿Sientes dolor o solo incomodidad?

—Duele un poco

—John, John ¡¿Qué tiene?! Por qué se pone así —Exclama Sherlock con angustia

—Ah, debe ser una falsa contratación, ¿Puedes levantarte Mycroft? Caminar ayudará

Apenas Greg escucha eso y le da la niña a Sherlock para poder ayudar a su amor a levantarse y caminar, lo sostiene pasando su brazo por la cintura deja do que Mycroft recarga todo su peso en él, unos segundos después el dolor se desvanece por completo y todos se sienten más tranquilos.

—Hey ¿Te sientes mejor? —Pregunta John acercándose a él

—De hecho si, agradezco su atención doctor Watson

—Se llaman falsas contracciones o contracciones de Braxton Hicks, aparecen en el último trimestre del embarazo. Nada de que preocuparse, son bastante comunes, duran poco, no son constantes y el dolor es bajo, es posible que las experimentes un par de veces hasta que sientas las reales Mycroft

—¿Fue por mi culpa? Yo lo estrese

—No Sherlock, no te preocupes,  suceden cuando la persona embarazada ha estado más activa de lo normal o viceversa, también puede ser por tocar el vientre demasiado fuerte o por falta de comida y deshidratación

—Sin duda otra cosa que me incómoda del embarazo

—Aun si no fue por mi no quería que te molestaras Mycroft... Supongo que lo siento

—Esa fue una disculpa bastante decente y la acepto

Mycroft camina un poco más hasta que decide que quiere volver a casa, se despide de su hermano, de John y le da un beso en la cabeza a Rosi con dulzura. Greg se apresura para estar a su lado, ayudarlo a bajar las escaleras del departamento y a subir al auto, en su transcurso de camino a casa Mycroft se recarga demasiado en su hombro buscando caricias, hasta que llegan a su hogar.

—¿Seguro que estás bien Myc?

—Si querido, si deseas saber debo informarte que no son dolores terribles es únicamente un leve tirón en la parte baja del vientre, duele al principio pero mi reacción fue más que nada la sorpresa de sentirlo de la nada

—Aun así gustaría aliviar todo tu dolor, se que has pasado por mucho en este embarazo

—No ha sido fácil pero tu intervención lo ha hecho agradable, siempre tan atento a lo que quiero. Eres un caballero muy noble Greg

—Es lo mínimo que puedo hacer por ti. Ve a la cama cariño ¿Quieres? Creo que debes descansar te llevaré tu laptop si quieres

—Eso sería encantador ¿Puedes también servirme un poco de pastel de fresa?

—Si amor, anda acuéstate yo llevaré tu pastel y tú computadora

—Te amo mucho Gregory, gracias

—No hay de que y yo también te amo amor. Eres tan hermoso

Después de eso y efectivamente como lo dijo John las contracciones estuvieron presentes en diferentes ocasiones, jugando cruelmente con el estrés de Greg. La segunda que pasó vez fue mientras cenaban, el pelirrojo se levantó de forma brusca de la mesa tirando su vaso de agua que se hizo pedazos en el suelo, esto activo las alarmas en la cabeza de su marido quien estuvo a punto de llamar a una ambulancia hasta que Mycroft tranquilizó su euforia con algunos besos distractores.

La tercera vez fue extraña y se presentó durante el sexo, después del orgasmo de ambos Holmes se sentó y se doblo en su lugar, Greg por otro lado se disculpo incluso entre casi lágrimas mientras su esposo le decía que todo estaba bien, todo terminó con Mycroft abrazándolo y metiéndolo un poco.

Y así hubo una cuarta, quinta y sexta vez en las que Greg no pudo mantener la calma como debió haberlo hecho aún sabiendo que las contracciones no eran de parto. Mycroft pensó durante todo ese tiempo que si su esposo no aprendía a controlar sus nervios el día del parto real acabaría más que desmayado por lo que se empeñó en calmar esa ansiedad asegurándole a Greg que no pasaba nada malo cosa que su marido comenzó a aceptar poco a poco.

Agosto M-preg (Mystrade)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora