Compañeros de trabajo

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Difícilmente podía concentrarse con esa mirada fija en todos y cada uno de sus movimientos, se sentía como un pequeño e incauto Maus a punto de ser devorado por un Tasque hambriento. Finalmente, la fiera soltó su golpe.

—Qué envidia me das.

Spamton esperaba cualquier otra clase de comentario salvo ese, sus mejillas se ruborizaron tanto que tuvo que ladear la cabeza para que no lo viese así.

—Si yo pudiera hacer copias de mí mismo... ¡podría estar en casa viendo televisión y no aquí hablando todos los días con los clientes! ¡Y tampoco tendría que hacer todas esas cosas aburridas como lavar trastes o trapear el piso!

—Oh... t-te refieres a eso. En realidad, no es tan simple.

Dejó de teclear por un momento y tomó a una de sus pequeñas copias entre sus manos.

—No es como si fuesen seres vivos de verdad. Ellos... sólo pueden hacer una tarea a la vez... y luego...

El mini Spamton volteó la mirada a Addonis, saludó y se desvaneció en el aire.

—Tampoco pueden hacer cosas que requieran mucha fuerza física o que sean demasiado complejas.

—Ah —suspiró el Addison naranja—, pues esa cosa de los correos se ve muy difícil de hacer —para finalmente dar vueltas sobre su silla giratoria. A veces parecía como si le hablaran a un niño pequeño que se aburría fácilmente.

—En realidad es muy sencillo y más cuando puedes optimizar funciones con macros y...

—¡Mecachis, eres todo un nerd!

Aquellas palabras, lejos de hacerlo sentir orgulloso de sus habilidades, le hicieron recluirse más en sí mismo.

—Y-yo, yo no c-creo que... -comenzó a tartamudear siendo apenas audible.

—Y dime, ¿cómo adquiriste la habilidad? No me digas que te hiciste una "actualización". Un tío pagó una fortuna por que le instalaran un curso de karate. ¡Cinta negra en un santiamén! Luego una chica se le acercó en la calle a preguntarle la hora y ¡bam! —saltó dando un manotazo al aire a escasos centímetros del rostro de Spamton—. Puñetazo a la cara. Parece que se había quedado activada una función de golpes automáticos o algo así. Paso un mes en prisión por eso, ¿puedes creerlo?

La criaturita abrió lentamente los ojos, recuperándose del sobresalto. Como siguiera así un día lo iba a matar de un susto... o un golpe, lo que pasara primero.

—No, nada de eso, yo...

Se quedó un momento en silencio, contemplando sus manos.

—Yo... puedo hacer esto desde que recuerdo. Y recuerdo que... mamá se asustó mucho cuando me vio jugando con las copias.

—Oh, una cosa de Spamtons, supongo... ¿Spamton?

Su mirada se había quedado absorta, como si su cuerpo siguiese ahí pero su mente hubiese ido a otro lado, hasta que el Addison volvió a llamarlo por su nombre, esta vez con un tono más preocupado.

—S-sí, cosa de Spamtons...

Addonis se quedó con media boca abierta ya que antes de poder decir nada fue interrumpido por Addrien, quien se acaba de asomar.

—Deja de interrumpir al nuevo y ponte a trabajar.

—Sí, ya voy, mamá —respondió en tono burlón—. Bueno, hablamos luego.

Spamton soltó un fuerte suspiro de alivio, realmente le debía una a Addrien. Se hundió en su silla, mirando al techo.

"Cosa de Spamtons. Como si no fuese el único que conozco".

Deltarune: Hilo negroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora