¿Crees en los ángeles?

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—Mamá... Mamá...

Cada llamado sonaba más lamentoso y apagado que el anterior, su voz se iba apagando entre jadeos entrecortados. Sobre una pequeña cama yacía una criatura de piel blanca como la nieve y unas mejillas enrojecidas a causa de una terrible fiebre que no dejaba de temblar y sollozar. La mujer a su lado no dejaba de rezar con un rosario en mano y con la otra sosteniendo la palma de su hijo.

—Ruega por nosotros, ángel de la misericordia. Ruega por Spamton.

En cada oración elevaba más y más el tono de voz para elevar su petición al cielo y acallar el remanente de lo dicho por del doctor:

"Es la primera vez que veo un malware de esta magnitud... tal vez con algún antivirus nuevo en el mercado, pero los costos..."

—Ángel santo de la guarda, compañero de mi vida, tú que nunca me abandonas, ni de noche ni de día.

"No hay mucho que pueda hacer..."

—Aunque espíritu invisible, sé que te hayas a mi lado, escuchas mis oraciones y cuenta todos mis pasos.

"Lo siento...".

—Toma su mano débil y condúcele por el camino de la salvación.

"Lo siento".

—Amén.

Víctima de la fiebre, Spamton cayó en un profundo letargo de que nadie estaba seguro si iba a poder despertar. La Addison de tonos grises y melancólica mirada colocaba paños de agua fría sobre su frente a la par que sus lágrimas se entremezclaban con el sudor en frío de su hijo.

—¿Por qué, mi señor? ¿Por qué si fuiste tu quien me dio a Spamton directamente en manos ahora quieres alejarlo de mi lado? ¿Por qué darme la dicha de finalmente tener un hijo... un angelito para que lo llames tan pronto? ¿Por qué me guiaste por aquel extraño sendero hasta ese extraño árbol y me entregaste ese huevo? ¿Acaso no he sido digna de tan bondadoso regalo?

Acarició suavemente su mejilla y le dio un beso en la frente.

—Hágase tu voluntad tanto en la tierra como en el cielo.

Las palabras parecieron quedar suspendidas en el aire.

"Hágase tu voluntad tanto en la tierra como en el cielo."

"Hágase tu voluntad tanto en la tierra como en el cielo."

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Cuando Spamton despertó lo hizo con una particular sensación de nostalgia, era como volver a comer algo delicioso que probaste cuando eras niño y que ya ni siquiera recuerdas en dónde lo comiste. Tras espabilar revisó su apretada agenda, aquel sería un día particularmente ocupado con varias juntas de trabajo, grabación de spots y... un par de visitas nocturnas.

En ese instante el teléfono sonó.

Al tomar el auricular lo hizo con una torpeza inusual, casi a punto de caérsele el teléfono entero; al contestar su voz sonaba torpe y nerviosa, como muchos meses atrás.

—E-stá hablando con el v-vendedor no. 1 de la ciudad... quién... ah, si el de la junta de... ¡Cómo que quiere cancelar la reunión! ¡Tiene i-dea de a quién le está...! ¡¿AH, SÍ?! ¡PUES ME ASEGURARÉ DE QUE SU NEGOCIO SE VAYA A LA QUIEBRA! ¡NADIE LE DICE QUE NO A SPAMTON G. SPAMTON!

Azotó el parlante y respiró profundamente, si lo pensaba detenidamente ni siquiera deseaba ir a esa reunión y algo de tiempo libre le daba la oportunidad de desayunar con calma. Tras un buen baño y arreglarse bajó al café. Ver a Swatch era algo que siempre lo ponía de buenas.

Deltarune: Hilo negroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora