Groose

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El día se movía lento: una llamada, un "lo pensaré"; una ventana, un par de vistas; papeleo; un sorbo de café. La rutina en la oficina era la misma de siempre, pese a ello, se sentía diferente sin él. Incluso Addonis se notaba desmotivado mirando su pantalla y haciendo llamadas con un tono apagado.

—Sólo han pasado dos días y ya no es lo mismo.

El naranja le dio un sorbo a su jugo de lata y se sumió en su silla giratoria.

—No dependía de nosotros —le respondió Addrien—, hicimos lo que pudimos para apoyarlo.

Ninguno de los dos quería ahondar en el asunto, no después de lo que Addley les había comentado el día anterior. Recordarlo resultaba... doloroso.

En eso, Addan entró por la puerta con una pequeña sonrisa en el rostro.

—Los de recursos me informan que ya se realizó la nueva contratación. Parece que hoy conoceremos a nuestro nuevo compañero.

El azul miró de reojo a Addonis y comenzó a mover sus dedos tanteándolos sobre el borde de la mesa, pensando en qué decir.

—A lo mejor... se trata de una chica linda, de las que te gustan.

—Oh... sí, sería... genial, supongo...

—¡Vamos, chicos! No podemos poner esa cara con el nuevo, hay que ser profesionales. Somos los Addison de Altervisión.

Los vendedores se notaban más serenos ante las palabras del veterano de la empresa, hasta que Addley salió de su despacho azotando la puerta.

—¡Groose viene para acá! ¡Sonrían y no digan nada estúpido!

—Oye, no tenías que ser tan direc-

—¡Shh! Ya puedo oír sus pasos —Addrien bufó, comprendía que cuando se trataba del jefe Addley se ponía más paranoico que de costumbre, pero eso no le daba razones para portarse grosero con ellos.

Ipso facto acomodaron las cosas mal puestas de sus cubículos, revisaron que su blusa estuviese bien fajada e inhalaron profundamente.

La puerta se abrió sin que pidiesen permiso para entrar.

El corpulento búho entró a la oficina. Los vendedores se pusieron de pie y dieron los buenos días a su patrón. Éste se mostró indiferente a su cortesía. Addley, por su parte, estaba nervioso como pocas veces: no era común que Groose se presentase así tal cual delante sus empleados, él era de los que manejaba todo "en privado". Tuvo la leve sospecha de que tramaba algo siniestro.

—Mis estimados empleados —entonó como político en campaña electoral—, es menester que le den la bienvenida a su nuevo compañero de trabajo. Auguro que con su presencia Altervisión llegará a rincones donde nunca sombrío alguno se ha posicionado.

Fue hasta ese momento que el nuevo integrante entró por la puerta. Los Addison no daban crédito de lo que veían; si no fuese porque su jefe no se andaba con tonterías, pensarían que se trataba de la mejor peor broma del día de los inocentes atrasada.

—Hola. De nuevo.

—¡¡Spamton!!

El ave arqueó una de sus gruesas cejas sorprendido de que conociesen a su nueva adquisición. Por otro lado, el rostro de Addley dejaba claro que necesitaba unos diez expresos bien cargados ya mismo para volver a funcionar con normalidad.

—S-señor —tartamudeó para recobrar el semblante de inmediato—, ¿está seguro que él es el nuevo integrante?

—¿Algún inconveniente, Addley?

Deltarune: Hilo negroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora