Ahora es tu oportunidad de ser un pez gordo

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Por primera vez, Spamton sintió que era especial de verdad. Desde niño, su madre le decía que lo era y no mentía: no existía sombrío como él. Lo mismo podía decirse de Swatch o de la Comandante Tasque. Ambos eran más ágiles, fuertes y gráciles que sus congéneres los Swatchling, las aves trajeadas multicolor que servían a la reina; o los tasque, gatos cuadrúpedos de combate. Pero él no era mejor que un Addison: era pequeño, tímido, tenía problemas para hablar y no poesía una habilidad innata para vender. Hasta ese día podía decir que algo dentro de él había cambiado, aunque no supiera decir qué.

El verdadero cambio radicaba en finalmente tener la certeza de ser capaz de lograrlo todo. En que esa era su oportunidad de ser un pez gordo.

No dio mayores datos de su aventura fantástica y se limitó a decir que contactó con un par de personas que lo recomendaron nuevamente. Los Addison quedaron satisfechos con la explicación y pasaron de hacer más preguntas.

—¡Ojalá logres hacer muchos clicks esta vez! —comentó Addonis bastante entusiasmado.

—En realidad, estaba pensando volver a intentar eso de las llamadas y las ventas por ventana. Llevo siendo el chico de los correos mucho tiempo.

Los Addison estaban más que entusiasmados por su iniciativa emprendedora, hasta Addrien se mostró con un buen gesto aplaudiendo con el resto. Spamton entró al que solía ser su cubículo, tomó un par de papeles, revisó un directorio y marcó.

Algo zumbó dentro de su cabeza. Inició como el sonido de un pequeño abejorro volando por un campo de flores que en un santiamén se transformó en el estruendo de un poderoso enjambre cubriendo el cielo. La hecatombe hizo "¡click!"

—¡Excelente día! ¡Se comunica Spamton G. Spamton del corporativo Altervisión! ¿Con quién tengo el gusto?... ¡Señor Plugboy 3,826,292 déjeme decirle que es su día de suerte! Porque hoy, ¡EXCLUSIVAMENTE HOY! Tenemos justo lo que necesita... Es que usted aún no sabe que lo necesita, no... ¡que NO PODRÍA VIVIR sin este maravilloso, único y muy, pero que muy, exclusivo par de calcetas de la marca SOFTFEET! ¡TAN ÚNICOS QUE NI SIQUIERA LA REINA TIENE UNOS! ¡Y pueden ser para usted por el ínfimo precio de $4.99!... ¡Claro, claro! Sólo marque el código SPAM al terminar la llamada. ¡Altervisión agradece su compra!

Al terminar la llamada, aquel mar de estática dentro de la cabeza de Spamton se desvaneció y regresó en sí; estaba vagamente consciente de lo que había hecho sin tener la certeza del todo, era como haber despertado de un estado sonámbulo. Por su parte, los Addison estaban boquiabiertos, no se podían creer que tras un año de verlo haciendo intentos que terminaban mal ahora pudiese hablarle con tanta soltura y convicción a los clientes. Les recordó mucho a cómo solía ser Addley antes de transformarse en la mano derecha de Groose.

Los cuatro presentes dirigieron su mirada al monitor: la venta se había contabilizado. Su primera venta.

Spamton tampoco se lo podía creer. Saltó de euforia, agitó los brazos y se puso a bailar... aunque en opinión de Addrien más parecía que se retorcía. Addonis sucumbió al buen ambiente y se sumó para la risa de los otros Addison a ese extraño ritual de la abundancia.

—¡$4.99 a la bolsa! ¡Oh sí!

—En realidad —corrigió Addan—, por ese rango de precio sólo te corresponden los noventa y nueve centavos.

—Oh...

Había pasado tanto desde la firma del contrato que ya no recordaba cómo estaba el tema de las comisiones. Se dio una palmadita a sí mismo, no importaba ya: ese casi dólar le pertenecía a él, al casi Addison. Y ese era un motivo para estar contento.

—Estoy seguro que Li también se pone feliz con tu venta, le informaremos cuando salga de su reunión con Groose.

Spamton apretó los labios, había quedado claro que Addley no lo quería dentro de la empresa. Entendía bien su preocupación, pero no dejaba de dolerle. Tenía que demostrarle que ya no era necesario tenerle lástima porque esta vez todo iba a salir bien. Su nuevo ángel lo guiaba.

Deltarune: Hilo negroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora