DIEZ

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Hyunjin había mantenido su promesa de darle su espacio a Jeongin y no se había acercado a él en los últimos tres días. Cuando se lo encontraba en los pasillos el alfa simplemente le sonreía y seguía con su camino; a veces se sentaba cerca de él en la cafetería y le cuidaba con la mirada, pero no hacía el amago de acercarse. También, a pesar de no haberse acercado, Hyunjin le había dejado un ramo de flores diferentes cada día a las afueras de sus salones.

Y para qué mentir; Jeongin estaba encantado con eso.

Incluso llegó a ver un ramo grande de tulipanes rojos en su asiento al entrar a una de sus clases. Su corazón revoloteó emocionado al saber el significado de estas: los tulipanes rojos significan una confesión sincera de amor.

Le gustaba que el alfa le dejara tiempo para pensar sobre sus sentimientos propios, pero de igual manera seguir estando con él y preocuparse por lo pequeños detalles.

Su omega ya tenía más que perdonado al alfa, pero Jeongin lo dejaría rogar un rato más.

También, Hyunjin había cortado las conversaciones que cualquier omega quería llegar a hacerle. Se alejaba o simplemente les decía que ya estaba interesado en alguien más. Y eso le encantaba a Jeongin, pero tampoco quería apresurarse a perdonar a Hyunjin. Debía estar seguro de que el alfa sí lo quería como su destinado o si simplemente fuera un capricho al Jeongin herirle su tonto orgullo de alfa egocéntrico.

Después de que Hyunjin lo haya dejado en los dormitorios hace tres días, le contó lo sucedido a Jisung y a Beomgyu.

—No sabemos si podemos confiar en Hyunjin, pero no te acerques más a ella por precaución.—Había dicho Beomgyu después de terminar de relatar las cosas.

—Y además, Innie, que mi omega ahora se siente incómodo de solo pensar en el gruñido que soltó Karina noona por el simple hecho de que Hyunjin se te acercó.—Jisung soltó con una cara de disconformidad.

—El mío también.—Admitió Jeongin.

—¿Y de paso quién se cree ella para gruñirles a mis polluelos? No lo permito.—Beomgyu negó rotundamente mientras se cruzaba de brazos.

—También se me hace raro.—Jisung habló.—Ella jamás se nos había acercado y en el primer momento que lo hace casi inicia una pelea.—

Todos se quedaron pensando en lo antes dicho por el mayor. Ellos no conocían a Karina para nada, pero imponerle su presencia de esa manera se les había hecho un acto totalmente incómodo.

—Ya qué.—Susurró Jeongin mientras se tumbaba en la cama de Beomgyu.

[...]

Estar dándole su tiempo a Jeongin lo consumía por dentro. Quería cumplir la promesa que le había hecho al omega, pero no podía evitar querer estar cerca de él todo el tiempo. Aunque le alegraba que Karina no se haya acercado a él en los últimos días, eso no evitaba que cuidara al menor desde lejos.

No quería imponerle nada a Jeongin, pero esperaba que tomara en cuenta sus palabras y se aleje de la chica. Tal vez ella era famosa entre los omegas, pero entre los alfas de la universidad también tenía su propia fama.

Ahora tomaba camino hacia su propio hogar. Quería comprarse un apartamento para él solo y poder alejarse de sus padres, pero le estaba costando más de lo pensado. Había renunciado a su último trabajo hace unas semanas al tener que concentrase en la universidad, pero pronto buscaría otro.

Al acercarse a la casa, pudo sentir el olor del alcohol y cigarrillo inundar sus fosas nasales. Tal vez sus padres habían empezado la fiesta temprano esa vez. Al entrar, encontró botellas esparcidas por toda la sala y a sus padres con otras personas allí.

SECOND CHANCE || HYUNINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora