VEINTICINCO

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Ya había pasado una semana desde que Jeongin se había mudado oficialmente al departamento de Hyunjin, y dos semanas desde el celo del alfa.

Se podría decir que estaban más que encantados con la presencia contraria, y es que Hyunjin pensó que ahora que lo tuviera siempre con él, su lobo se iba a calmar y dejaría de pedir constantemente por el omega... pero en realidad estaba pasando todo lo contrario.

Su alfa no podía estar lejos de Jeongin por mucho tiempo porque se colocaba triste y de malhumor, haciendo que cuando estuvieran juntos no se separara del omega. Pero eso al menor parecía no molestarle; es más, se veía complacido con la atención dada, y es que también estaban mostrando una parte de ellos que antes no habían dado a relucir.

Hyunjin se dio cuenta que a Jeongin le encantan los mimos, pero le da vergüenza pedirlos; que le gusta que las cosas estén ordenadas y en sus respectivos lugares; que sus desayunos suelen ser no muy pesados y hace siempre sus tareas lo más rápido posible para después descansar.

Mientras que Jeongin notó que a Hyunjin le encanta dar mimos; deja los calcetines tirados en el suelo de la habitación; sus baños suelen durar mucho y le encanta dormir abrazado a él.

Eran esos pequeños detalles que a ambos les hacía estar más cómodos entre ellos. Estaban entrando en la vida del otro y eso les fascinaba.

Y no podemos decir que igualmente todos los días han sido perfectos, pero están aprendiendo a sobrellevar el carácter y temperamento contrario. Aunque el más tranquilo de ambos era Hyunjin, que se moría de la ternura al ver el rostro enfurecido de Jeongin por algunas cosas, pero siéndole fiel en cada mandado que el omega le daba.

Y es que ahora estar haciendo las compras del departamento no le gustaba, pero Jeongin lo había casi que obligado a hacerlo ya que no tenían nada en su hogar y era el día libre de ambos.

Caminaban por los amplios pasillos del supermercado con un gran carrito de compras siendo empujado por el mayor. El omega se encontraba a un lado de él leyendo la lista de cosas que necesitaban mientras se dirigían al pasillo de los lácteos.

—¿Cuál leche te gusta?—Le preguntó Jeongin mientras veía las diferentes marcas en los estantes.

—La tuya, ¿por?—La risa estridente que salió de los labios del alfa cuando Jeongin le dio un golpe en su brazo resonó en todo el pasillo.

—¡¿P-Podrías dejar tus pervertidos chistes?!—El rostro del menor se encontraba caliente y sus mejillas estaban rojizas.

Y es que otra característica que había notado del alfa es que hacía muchos chistes de doble sentido. Le gustaba jugar con comentarios subidos de tono y después decirle lo hermoso que se veía siendo tímido.

—Bueno, ya.—Dijo Hyunjin cuando se había calmado, pero una hermosa sonrisa divertida seguía adornando su rostro.—Me gusta esta.—

Y cuando señaló la marca, Jeongin hizo una mueca mientras veía el precio.

—Esa es muy cara, hyung. Compremos esta.—Tomando dos cajas de leche en sus manos, las colocó en el carrito.—Es más barata e igual es buena.—

Y también otra cosa que habían notado es que Hyunjin no le veía el precio a nada y Jeongin se lo veía a todo. Y no eran hábitos extremos, pero el omega pensaba que no estaban en la situación de poder gastar dinero innecesario. Ya ambos estaban aportando a su hogar y podían comenzar de a poco a darse algunos lujos.

—Está bien.—Hyunjin se encogió de hombros mientras seguían caminando.

Tomaron esta vez quesos, yogurts y demás cosas que necesitaban que estaban en el mismo pasillo.

SECOND CHANCE || HYUNINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora