SECOND CHANCE || HYUNIN

VEINTE

Habían pasado tres días desde que lo suspendieron y tres días desde que sentía que se moría. No ver a Jeongin porque el omega estaba haciendo sus trabajos de universidad no le gustaba. Entendía que el menor estuviera ocupado, pero desde el incidente pasado su alfa estaba más posesivo y dependiente con el omega. Era algo que no pudo controlar y ansiaba con todas sus ganas tenerlo entre sus brazos en cada momento.

Habían hablado por mensajes y hasta llamadas, pero nada se compraba con sentir el cuerpo del omega ser envuelto por el suyo; sentir sus rápidos o calmados latidos del corazón al estar tan cerca y su hermoso aroma entrar por sus fosas nasales.

Aunque agradecía que Jeongin se hubiera hecho un tiempo entre sus trabajos y se quedaría con él esa noche. Lo estaba esperando mientras se tomaba un baño para relajar todo su cuerpo. Al salir, se colocó ropa holgada y cómoda mientras dejaba una toalla en su cuello para que su mojado cabello no mojara su ropa.

Escuchó la puerta abrirse y su corazón se aceleró. Le había regalado una llave a Jeongin para que él entrara y saliera a su gusto. Se dirigió a la sala de estar y su lobo se alegró al ver la hermosa imagen de su omega entrando a su hogar.

—Llegué.—Dijo Jeongin con una sonrisa que mostraba sus tiernos hoyuelos.

Hyunjin casi que trotó para llegar lo antes posible al omega. Cuando lo hizo, tomó a Jeongin en un dulce abrazo mientras dejaba que su lobo se calmara con el aroma y la compañía del omega. No quería separarse jamás de él.

—Joder; te extrañé tanto.—Dijo el alfa mientras mantenía su rostro en su fuente de aroma.

La vibración que su voz causó en su cuello lo hizo reír. Se sentía en paz ahora.

—Yo también te extrañé mucho, hyung.—Respondió con una sonrisa.

El primero en separarse del abrazo fue Hyunjin, que cuando lo hizo tomó los labios contrarios sobre los suyos. Comenzaron un tierno vaivén mostrando todos sus sentimientos. El beso era dulce y no tenía dobles intenciones, pero caló en cada parte de sus cuerpos. Tener el tibio contacto de los labios contrarios sobre los suyos lo hacía estremecerse. Nunca se cansaría de besar los finos y suaves labios de Jeongin.

El menor colocó sus manos sobre su pecho mientras tomaba aire al separarse. Su respiración estaba agitada y la del alfa igual.

—Traje la cena.—Dijo Jeongin mientras se separaba completamente y se dirigía hacia la cocina.

Ahí fue cuando el mayor notó que efectivamente Jeongin tenía una bolsa entre sus manos. No notó nada más que no fuera su omega.

Ambos caminaron hacia la cocina y se sentaron en la pequeña mesa que Hyunjin tenía en el lugar. Sacaron las hamburguesas y al mayor le rugió el estómago; no había notado el hambre que tenía hasta que vio las deliciosas hamburguesas con papas fritas y coca-cola puestas sobre la mesa.

Comenzaron a comer mientras charlaban alegremente sobre sus días o más bien los días de Jeongin, que sí tenía algo interesante que contar al haber ido a la universidad y enterarse de algunas cosas. Como por ejemplo que Beomgyu y Yeonjun estaban ya por fin saliendo oficialmente; se alegraba mucho por su amigo alfa y no podía desear a alguien mejor para él que no fuera Yeonjun. Ambos se complementaban mutuamente que su corazón se derretía al verlos envueltos en su gran burbuja de amor.

Hyunjin veía a Jeongin contar alegremente sobre su día mientras su alfa estaba en paz. Pensaba que lo sucedido con Karina podría haber causado un efecto negativo en el omega, pero se veía bien, exceptuando el hecho de que Jeongin no quería acercarse a más alfas desconocidos y mucho menos sin su alfa con él. No era algo que había hablando abiertamente con el mayor, pero se podía imaginar que él ya lo sabía.