🍼Antojos🍼

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El día de hoy es exclusivo para el TakeHaru ✨

Dio un resoplido mientras se removía molesto en su cama, sin abrir los ojos tanteó la superficie buscando su teléfono, cuando tuvo el objeto lo acercó a su rostro, y entrecerrado los ojos para que no le fuera a resultar muy molesto, la pantalla se...

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Dio un resoplido mientras se removía molesto en su cama, sin abrir los ojos tanteó la superficie buscando su teléfono, cuando tuvo el objeto lo acercó a su rostro, y entrecerrado los ojos para que no le fuera a resultar muy molesto, la pantalla se iluminó mostrando la hora: 3:30 am. Tenía que ser una maldita broma, llevaba cuando menos unas 3 horas dando vueltas de un lado a otro del colchón y jamás logró dormir siquiera un poco, en su lugar su estómago rugía pidiendo algo de comer, el problema es que todo aquello que deseaba eran cosas que salían por completo de su dieta y eso le molestaba.

—Pobrecito, si a mi también quisieran obligarme a vivir con esas insípidas ensaladas también estaría haciéndote sufrir— bromeó Senju en la mañana cuando vio que su hermano no pudo terminar ni medio plato.

Y dejando de lado la mofa la verdad es que parecía que el diminuto ser dentro suyo enserio se había aferrado a rechazar casi todo lo que él normalmente consumía y en su lugar había desarrollado un constante antojo por cualquier panecillo dulce, un determinado tipo de ramen y al té negro con durazno, lo cual al principio aceptó creyendo que sería ocasional pero en este punto parecía que el inesperado visitante se había encaprichado. Claro que intentaba variar sus comidas pero como por el 99% de las veces los resultados se resumían en terminar con la cabeza pagada al inodoro o simplemente sentir asco y no poder siquiera tocar el platillo.

Fue por eso, que frustrado tras una cena donde solo logró retener un bisquet en el estómago, subió a su habitación y se quedó recostado iniciando una batalla silenciosa con el "renacuajo" no cediendo al antojo de esos panquecitos con cobertura de glaseado de limón que vio en la tienda de autoservicio horas atrás, no, ya era demasiada azúcar y no pensaba dejarse vencer... o eso se dijo hasta ese momento donde tenía la mirada fija en el techo. Esa noche solo él estaba en casa, su hermano había salido con sus amigos y Senju se fue con una amiga, había tanto silencio y mientras se debatía en si salir o no a la dichosa tienda que era 24/7 empezó a divagarse recordando como se habían dado las cosas desde ese día en el hospital.

—Yo... enserio no sé que decir— habló Takemichi cuando la doctora se retiró —¿como debemos tomar esto? no quisiera hablar sin saber primero que piensas.

—No se supone que debía pasar esto, ni siquiera somos una pareja como tal— respondió tomando el puente de su nariz —con nuestros estilos de vida no hay forma de encajar a un niño.

El rubio asintió dándole la razón, mientras el se la vivía entre ensayos y grabaciones en el estudio, Haruchiyo estaba centrado con el kenjutsu pues quería ser uno de los principales representantes de dicha disciplina, le había contado como siendo un arte cada vez menos practicada le daba cierto orgullo ser de los pocos que aún la mantenían viva y de paso siendo de los mejores en su generación; poniéndolo bajo esa perspectiva un bebé simplemente no tenía cabida en ninguna de sus agendas, sin embargo también se conocía lo suficiente para saber lo emocional que era, y aún teniendo eso en mente no podía evitar sentirse conmovido pues mas allá de las circunstancias el saber que podía existir algo que fuera la mezcla de ambos le resultaba enternecedor.

🍼Baby on board🍼 Tokyo Revengers卍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora