CAPÍTULO I : la regla de oro de un buen anti-fan

1.2K 162 62
                                    

Biu

Una semana después de aquel fatídico día en que mi dios jeff satur sufrió un boicot por parte de bible sumett finalmente regrese a mi habitación dentro de la residencia estudiantil de be on cloud donde cursaba mi último semestre en la licenciatura en ciencias de la comunicación; había vuelto de phuket con tres días de antelación dejando a la abuela sola en la casa de la isla, me sentía verdaderamente apenado con ella más aún, las trescientas cuarenta y tres photocards que vestían la pared de mi habitación con el rostro y los momentos más deslumbrantes del sol de mi vida, jeff, requerían mi atención, pues, el polvo comenzaba a acumularse debido a los días que pase fuera, además el cartoncillo de tamaño real con quien pasaba las noches igualmente requería una nueva ubicación.

- ¡Te extrañe tanto amor mío! - grité tan pronto ingrese.

Be on cloud era un colegio de elite, donde solo los mejores cerebros podían acceder, para muchos era como el cielo en la tierra y para mí sería algo similar si tan solo dejaran de intentar hacerme parte de los extractos sociales en que la escuela se dividía, pues no estaba interesado en pertenecer a la mesa de los chicos populares, pero tampoco me venía en gracia que los nerds del colegio quisieran congraciarse conmigo y mucho menos tenía deseos de pertenecer al club friki de la escuela, aparentemente nadie podía comprender que aunque adorara el k- pop, el anime, los mangas, manhwas, los videojuegos y el bl, era un tipo completamente común cuya unica aspiración residía en hacerlo lo mejor posible para mantener mi beca, graduarme y poder producir dinero para obtener los privilegios a los que podían acceder los adinerados seguidores de daddy jeff, por supuesto, yo soy un chico del tipo común, uno está completamente rendido ante jeff y no tiene tiempo y ojos para nadie más.

Suspiré.

-Es reconfortante saber que solo tú eres capaz de comprender. - le dije al jeff de cartoncillo mientras depositaba mi maleta a un costado de él prestando atención en no causarle ningún daño.

Luego de que la luz de mi casa en phuket fuera cortada debido a un retraso en el pago tuve que usar todos mis datos para informarme sobre la horrorosa premiación que hizo que tanto el corazón de jeff y el mío se rompiera en muchos fragmentos irreparables, nosotros estábamos muy compenetrados, él sufría y yo también, por ende, tenía consciencia de que ahora ambos teníamos sed de venganza.

Anduve hasta la esquina de la habitación que era el espacio consagrado a jeff; su rostro estaba por todas partes brillando gracias a las titilantes luces de navidad que robé de casa de mi abuela hace un año, frente a las trescientas cuarenta y tres photocards se encontraba un mueble pequeño que debía servir para apilar libros, pero yo le di un uso más provechoso almacenando fragmentos de todo mi tiempo amando a jeff, por tanto, en el lugar además de las estampas, había playeras, gorras, vasos, termos, sombrillas, paletas con el rostro de mí ser amado, algunas pegatinas, botones, pulseras, collares, peluches, figurillas de plástico y por supuesto, en la cima y al centro de todo, mi amado lightstick, el cual casi me costaba un mes de comida y la mitad de la renta de mi habitación, más aún, cada que la veía me daba cuenta de que todo esto había valido cada bendito peso, pues era feliz.

-No te preocupes cariño, yo te vengaré. - prometí ante mi altar dedicado a satur y luego arranqué cuidadosamente la primera photocard que adornaba aquel espacio sagrado.

Para muchos dentro del colegió yo sería un chico atractivo, encantador, introvertido y bastante extraño, pero nadie era capaz de conocer mi verdadera esencia, mis modos eran poco conocidos.

Estaba concentrado contemplando la photocard de jeff cuando la paz de mi lugar sagrado fue irrumpida por el traidor de thong thanayut.

- ¿Realmente vas a limpiar las photocards una por una? - preguntó thong pasando de mi mirada fulminante para encallarse como ballena panza abajo sobre el gran oso de peluche que había recibido por mi cumpleaños veinticuatro y que usaba como sillón cuando quería jugar frente al televisor.

ME ENAMORÉ DE MI ANTI-FAN BBBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora