Odio

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Desde que Joey se fue, mi ánimo decayó hasta el suelo y no conforme con eso, estuve escapando de enfrentarme a mí mismo por lo que había sucedido con Arthur en el Lux, como remate, solo podía tratar eso conmigo mismo porque sabía perfectamente lo que el resto de mis confidentes pensaban del Atlante y lo que me dirían si se enteraban de lo que había pasado.

Mi mejor amigo hacía de todo para tratar de animarme sin éxito.

-Te lo ruego, si quitas esa cara, te daré el collar de esmeraldas que me heredará mi madre -Propuso.

-Si son inmortales ¿eso no hace imposible que lo heredes? -Pregunté simplón.

-Mi cerebro está seco, no sé qué más hacer para que salgas de tu depresión -Esto se sentía parecido a la preparatoria, con Rex en casa estudiando conmigo y Jay trayéndonos bocadillos a mi habitación.

-Me dejó pensando algo que pasó hoy en la universidad, una compañera mía volvió con su exnovio, no es que me gusten los chismes, pero escuché la conversación por casualidad, ella dijo que volvió con él porque lo que tenían, no lo pudo volver a tener con otra persona -Se me ocurrió eso para sacarle un poco de su opinión sobre el tema sin involucrarme demasiado -No sé, me hizo pensar en cuando Melanie vino a buscarme hace tiempo.

-Ah, por favor, es la idea más egoísta que he escuchado. No puedes simplemente volver con alguien solo porque a esa persona le gustaba como se sentía cuando estaba contigo, es evidente que la chica lo está usando, debería dejarlo en paz y seguir con su vida -Auch.

-Si, supongo que la dignidad a veces amerita más devoción que los propios deseos de la piel o el... Corazón -Rex me miraba fijamente mientras decía esa frase.

-Mira, todas las personas son diferentes, es obvio que no seas capaz de sentir lo mismo por otra persona, pero no por eso debe ser un sentimiento menos fuerte, ella probablemente debería entender eso y que si sigue perdiendo su tiempo con una persona que anteriormente ya había descartado, no le dará su espacio a quien venga después -Doble Auch.

Y yo pensando que de nosotros yo era el más maduro, que equivocado estaba al pensar que éramos los mismos de la preparatoria, la vida siguió después de que me fui y Rex también había crecido.

Alguien tocó a la puerta y le dije que podía entrar.

-Siento interrumpir, el señor Jason me envió a preguntar si necesitaban algo más -Zander, ahora su rol en la casa era ser la mano derecha de Jay para mantener el orden, la limpieza y la comida en la mansión. También era curiosa su transformación, primero lo sacamos de ser el príncipe de una secta dedicada al dominio del mundo y ahora disfrutaba de su vida como encargado de la casa.

-Estamos bien, Zander, gracias -Le respondí y él inclinó la cabeza para asentir y nos dejó solos de nuevo.

-Ese chico es raro en verdad -Comentó Rex -Ahora entiendo por qué a Max le gusta tanto estar con él, lo tiene completamente doblegado -Eso también era cierto, ella lo dominaba casi por completo y a él le fascinaba.

-Psicológicamente hablando, es perfectamente normal, compensa el exceso de poder que tuvo en su infancia y adolescencia. Tenía sirvientes que hubieran lamido el suelo por donde pasaba con solo mover los ojos, pero lo veo muy feliz cuando le lleva café a Max o Jay le dice que su sopa de verduras ha mejorado.

-La vida se va acomodando ¿no crees? A excepción de ti, todos parecen haber encontrado un lugar en el que se sienten bien y completos -Hizo la observación.

-Te equivocas, amo estar aquí, no hay lugar donde me sienta mejor.

-Pero no estás completo ¿o sí?

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