¡Esta perra!

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Me desperté con el peor dolor de cabeza, algo normal en mi día a día al parecer estaba cayendo en un pozo sin fondo, y para empeorar, yo era totalmente consciente de eso.

No quería ayudarme a mí misma, y lo sabía.

Me estaba rindiendo, y eso no tendría marcha atrás, eso sería mi perdición.

Al despertarme empecé a ver por toda la habitación, reconocí que no estaba en mi cama, y que había una azabache en una silla, estaba viéndome fijamente, estaba por qué ahora estaba plácidamente dormida.

Tenía ganas de levantarme, pero al internarlo me dieron ganas de vomitar, lo cual hice en un bote que se encontraba a mi lado.

Al hacerlo la chica se levantó de golpe, tenía una mirada adormilada, se veía cansada, física y mentalmente, lo normal diría yo.

Quería levantarme de la cama, pero no podía, me sentía mal, me volví a recostar en la cama.

La chica se paró de la silla y se tronó casi todo el cuerpo- buenos- bostezo- días- la pobre no sabía nada de nada y yo tampoco.

-buenos días- me dolía la cabeza, mi aliento olía a vómito y a una mezcla de alcohol y marihuana, no sabía dónde estaba y estaba con una mega cruda.

Tarde un rato en procesar la información, hasta que- ¡Oh mierda! Lo siento mucho Marcy, no se qué paso, no recuerdo nada, ¿¿Y qué haces aquí??- me volví a intentar parar y me volví a marear.

-Oye tranquila- me recostó en la cama de nuevo, saco un trapo mojado de una cubeta, lo exprimió y lo puso en mi frente, otro en mi nuca- Primero, habla más despacio y Segundo está es mi habitación, al parecer compartimos y no, nos habíamos dado cuenta- empezó a pasar el trapo por mi frente, se sentía bien si atención en mí, se sentía cálido.

De la nada, todos los recuerdos de ayer llegaron a mi cabeza, junto a una jaqueca, solté un gemido de dolor y ella lo percató, se desapareció un momento de mi vista, dándome espacio para arrepentirme de todo lo que había hecho el día anterior, aunque no fue mucho, comparado con otras veces.

Regreso con un vaso con agua y una píldora, no lo dude ni un segundo y me la tomé mientras le daba un trago al vaso, ella solo me miró confusa- Sasha, no deberías aceptar cosas de extraños así nomás-.

-Si mamá- ella rodó los ojos y me hizo una jeta, - Y además no somos extraños, somos ¿Amigas? - me miró confusa un momento, parecíamos niñas de kínder preguntando por amigas.

-Qué te hace pensar eso- se cruzó de brazos enfrente mío.

- Me cuidaste ebria y drogada, y por qué la actitud tan diferente a la otra vez ¿Acaso Wu anda enojada? - ella solo soltó una risa por mi tono de voz.

-Aceptó tu amistad Waybright, pero dime cómo terminaste así- se sentó en la silla adelante mío junto a un vaso con agua.

-Fiestas y drogas, me retaron, yo siempre cumplo los retos- ella me sonrió con nostalgia.

-Me recuerdas a mi yo de hace unos meses, estaba igual o peor- soltó un suspiro nostálgico- Ay que malos tiempos-.

Reí con ella, mínimo me entendió un poco, en esa pequeña plática no pude dejar de verla, tenía unas ojeras impresionantes, sus ojos algo llorosos, sus ojos eran hermosos, tu cabello estaba desechó y tenía una sonrisa a medias.

Sueno como enamorado, pero en ese entonces solo la veía con curiosidad, por qué se veía tan feliz, pero al mismo tiempo tan triste.

"Cosas que solo Marcy sabe" la conversación se cortó por mi alarma a mis clases, agarré mi uniforme, pero me di cuenta de que no lo podía usar, este estaba manchado de vomitó y sudor.

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