La Invitación
Al día siguiente, Harry guardaba lentamente sus cosas luego de su primera clase del lunes. Aquella hora que antes odiaba, ahora la pasaba intentando controlarse y no ponerse a sonreír como idiota cada vez que Severus hablaba, y es que hasta su tono ronco y monótono a él le despertaba la ansiedad de saltar a sus brazos y besarlo. Lograba mantenerse sereno gracias a que Snape siempre estaba extremadamente serio, a veces continuaba reprendiéndolo por tonterías, simplemente para despistar, lo cierto era que al Profesor de Pociones cada día le costaba más poder enojarse con Harry.
Pero ahora que tenía la oportunidad de darle, aunque fuera un rápido beso antes de correr a la clase de Herbología, no quería desaprovecharla. Lo malo es que parecía que Malfoy tampoco tenía ninguna prisa por salir.
— Apúrate, Potter. —le instó Draco al ver que el otro chico era el único que quedaba en el salón además de él.Harry le miró molesto, quería responderle como se merecía pero no lo hizo. Era más que obvio que Malfoy pretendía hablar con su jefe de casa a solas y contra eso no podía hacer nada. Tomó su mochila dejando salir todo el aire de sus pulmones, resignado a que se quedaría sin un beso.
— ¡Vaya, ya era hora! —bufó Malfoy exasperado por la lentitud de Harry—. Cierra bien la puerta cuando salgas, Potter.
— ¡Y tú, cierra tu bocota! —gruñó ya sin poder contenerse.
— Potter, ¿quiere ganarse una detención? —intervino Snape volviéndose a mirarlos.
Harry fijó sus ojos en Severus, tentado a responderle que por favor le diera esa detención, pero simplemente se quedó en silencio. Dio de nuevo la vuelta para dirigirse a la puerta, aunque antes de salir, volteó sonriéndole a Malfoy.
— Súbete esa bragueta o pensaré que intentas seducir a Snape, Malfoy.
Alarmado, Draco bajó la mirada, segundos que Harry aprovechó su distracción para llevarse la mano a la boca y enviar un beso a su pareja antes de finalmente salir dejándolos solos. Severus no pudo contener una sonrisa ante la actitud de Harry, luego miró a Draco, sacudiendo su cabeza por verlo caer en una mentira tan evidente.
— Maldito Potter. —farfulló Draco cuando se dio cuenta de la broma de Harry.
— ¿Qué se te ofrece, Draco? —preguntó Severus intentando ignorarlo y no tomar en cuenta esa maldición que le indignó.
— Mi padre me pidió que te dijera que quiere verte el viernes por la noche. Te invita a una cena a las diez.— ¿A mí?... ¿Porqué?
— No me dijo, al parecer tiene algo importante que proponerte.
— Está bien, le enviaré una lechuza confirmándole mi presencia... Si eso es todo, puedes marcharte a tus clases, Draco.
Draco asintió, tomó su mochila y salió, dispuesto a hacerle pagar su broma a Potter y haberlo hecho quedar en ridículo frente a su padrino y jefe de casa. Al quedarse solo, Severus se quedó meditando sobre la invitación de Lucius. Hacía tiempo que no lo veía más que en las reuniones de Mortífagos, no se le ocurría lo que podía querer con él, sin embargo, sabía que no podía ser nada bueno.
Ese hombre era peligroso, su relación de compañeros de escuela hacía mucho que se había enfriado, luego de darse cuenta de la perversa personalidad del rubio prefirió mantener la distancia, y solamente fraternizaba con él cuando era absolutamente necesario debido a su posición de espía. Hubiera querido no tener que aceptar la invitación, pero no se perdonaría si al negarse perdía la oportunidad de encontrar una forma de ayudar a Harry en su lucha.
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Al calor de tu amor
FanfictionUn corazón puro y noble tan sólo esperaba la prueba final para poder liberarse de la misión que le impusieron al año de edad... Pero el destino le cambió todo, ahora tendrá que enfrentarse y superar algo que jamás se imaginó, algo para lo que no se...