Enamorados

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Enamorados


Harry se aferraba a la protección de metal, aún miraba las vías de tren pese a que hacía tiempo la figura de Severus había desaparecido. Sus ojos verdes brillaban intensamente, refulgiendo de la felicidad que sentía luego de haber escuchado aquellas palabras. Apenas podía sentir el viento despeinando su ya de por sí rebelde cabello, pero no le importaba, dejó que el aire se llevara consigo toda preocupación para dejar solamente aquel sentimiento tan placenteramente dulce.


Al escuchar que la puerta se abría, rápidamente se enjugó el resto de lágrimas que aún resbalaban y sonrió al ver frente a él a su mejor amigo.



— Harry, ¿qué haces aquí?... el viento empieza a hacerse más frío, será mejor que regreses o te puedes enfermar.


— Ron... dile a Hermi que la amas. —dijo de pronto.


— ¿Qué? —preguntó aturdido por el rumbo que había tomado aquella simple conversación.


— Dile que la amas. —repitió abrazando a su amigo con fuerza—. Díselo, te aseguro que le darás la alegría más hermosa de su vida.



Harry regresó al interior del vagón dejando a Ron divagando por lo sucedido... ¿sería que su amigo se había vuelto loco? ¿o tendría razón y estaba dejando pasar demasiado tiempo?... tal vez era hora de armarse de valor y confesar sus sentimientos, aunque el sólo pensamiento le hacía temblar las rodillas.



Al llegar al compartimiento donde estaban sus amigos. Ron notó a Harry particularmente alegre, parecía otro, sobre todo después de que apenas había hablado hasta ese momento, se sentó a su lado para unirse a la conversación, aunque sus ojos no se despegaban de cierta chica castaña, quien al darse cuenta de eso, casi no conseguía disimular su sonrojo.


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Mientras tanto, lo que Draco no podía disimular era su contrariedad, estaba sentado frente al escritorio del Director en espera de una explicación al porqué se le había impedido abordar el tren. Por fin, entró Albus y fue a sentarse en su lugar.



— ¿Ya va a decirme que sucede?


— Sí. Esperaba que tu jefe de casa estuviera presente pero parece que se le atravesó algo importante, así que hablemos tú y yo, Draco.


— Bien ¿puede informarme porqué no partí en el tren como todos los demás?



Dumbledore asintió respirando hondo, sabía que aquella conversación no iba a ser nada fácil, y seguramente estaría arriesgando mucho de lo que había en juego, principalmente la seguridad de Severus, pero un chico tan joven como Draco no se merecía lo que se esperaba de él.



— ¿Te ha comunicado tu padre que hará un viaje durante el verano?


— Sí. —respondió fríamente.

— ¿Sabes que pretende dejarte a cargo de Bellatrix?


— ¿Usted cómo sabe eso?


— Eso no importa, el hecho es que Tom sugirió algo diferente... parece que su intención es prepararte para que ingreses a sus filas antes de que tu padre regrese.



Draco palideció todavía más, sabía lo que significaba esa "preparación" y por supuesto que no la quería, pero se sentía solo, no conocía a nadie que pudiera ayudarlo y eso lo atemorizaba aún más.

Al calor de tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora